Jessica.
Kate ha empezado a salir con Max, algo que es demasiado extraño, supongo que de tantas veces que venía a buscarme y solo encontraba a mí amiga, en algún momento tuvieron que hablarse, ahora no puedo sacarlo de mi casa y no puedo evitar tenerles envidia por la buena relación que llevan, aunque Charlie, me busca y salimos, no es lo mismo, aun extraño a Robert, pero como dicen, un clavo saca a otro clavo, pero siempre queda la marca del primero; podría hacer toda una lista de al menos diez cosas por las cuales fui feliz e infeliz con Robert y hasta tal vez podrían ganar los momentos infelices, pero era algo muy nuestro, solo los dos nos entendíamos y nos aceptábamos, así fuimos nosotros, algo muy raro e incomprensible ante los ojos de los demás, pero para nosotros no.
-Jessica –me llama Max, desde mi cocina - ¿Vas a ver hoy a Charlie?
Yo salgo de mi trance –Sí, dentro de una hora sale del trabajo, llega a su casa y se cambia, luego ya viene conmigo ¿Lo necesitabas?
-No –abraza a Kate, le da un tierno beso en la boca –queremos que nos acompañen a cenar hoy en mi casa.
-¿Seguros? –pregunto algo incomoda – ¿no seremos mal tercio?
-Claro que no –dice Kate –además es una ocasión especial.
-¿A qué hora será? –pregunto.
-A las ocho –dice Kate.
-Entonces le mandaré un mensaje de texto, para que se arregle bien y llegar a tiempo.
-Está bien –dice Max –en un momento te mando un correo con la dirección exacta.
Se van de mi casa y yo vuelvo a entrar en mi mundo, preguntándome como le ira a Robert sin mí, de seguro mucho mejor que a mí, no hay quien le diga que no, de nuevo ha de seguir con su vida, siendo un patán egocéntrico que solo se importa a sí mismo, pero supongo que tampoco soy una santa en esto, estoy con Charlie ahora, los dos obtuvimos lo que queríamos, yo una persona que supiera respetarme y quererme, él, salir con todas las chicas de Seattle.
Charlie, cuida de mí, aunque no fuera médico, no dudo que no lo hiciera, si necesito algo, no duda en salir corriendo para ayudarme, soy su prioridad y no los demás, no intenta engañarme, ni siquiera es su naturaleza, no busca llenarme de lujos, pero si busca llenarme de amor, que es lo que necesito, siempre llega con algo para mí, aunque sea algo pequeño, un chocolate por ejemplo, mi flor favorita o palomitas para sentarnos juntos a ver una película, hasta trae libros. Robert lo intentó, pero todo en uno, jamás se esmeró por hacer las cosas como debían, era espontaneo, cuando quería lo hacía, así que nunca sabía que iba a hacer, incluso su personalidad y humor eran siempre diferentes, podía ser yo misma, conocía todo de mí y yo creo que también, Charlie, por el contrario, no me conoce enojada, ni en mis peores días, puedo ser yo misma, pero sé que también soy difícil de tratar y hago las cosas mejor para él, esa es la diferencia entre ambos, pero definitivamente, Charlie, ha sido mejor que Robert.
Falta una hora para irme a la casa de Max, así que me arreglo rápido, un vestido azul cielo, entallado y un poco descubierto de la espalda, una zapatilla de tacón bajo en color dorado, mi férula y apenas algo de maquillaje, he cortado mi cabello, bastante corto, así que ya no tengo la necesidad de peinarlo, sino de despeinarlo un poco. En quince minutos estoy y espero paciente a que Charlie venga por mí y así es, cinco minutos después ya lo tengo al pie de la puerta esperando a que solo tome mi bolso.
Durante el camino, Charlie pone la radio y Sam Smith, suena con su canción stay with me, tanto como Charlie y yo, nos ponemos a cantar a todo pulmón, no me dice nada por lo desafinada que estoy y yo tampoco le digo nada por lo desafinado que suena, simplemente nos divertimos cantando. Termina la canción y besa mi mano, me dice que me quiere y sigue manejando con una sonrisa en la cara.
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Así fuimos
RomanceJessica y Robert, se han separado, pero no por mucho, las diferencias se resuelven pero ya no podrán estar juntos, todo en ellos ha cambiado, nuevas adicciones, nuevos problemas y una muerte inesperada les espera