Primer mes

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¿Que podía decir? Este mes había sido interesante en muchos aspectos.
La boda de su hermano había sido preciosa y de tal magnitud como la suya. Rowena era una dama encantadora en toda la extensión de la palabra,además de ser muy hermosa. Lucia como un ángel en su vestido de novia,su blanca piel y su precioso cabello pelirrojo rizado eran la combinación perfecta con sus hermosos ojos azules como el cielo. Su hermano lucía completamente enamorado de ella...
En cuanto a ella,cada día que pasaba trataba de creerse más el hecho de estar embarazada.
Ansiaba poder ver su vientre abultado...y sabía que su esposo igual. Cada noche ponía su mano en él y cuando pensaba que estaba dormida le hablaba muy de cerca,provocándole escalofríos y piel de gallina al sentir su aliento tibio.
En la boda de Benjamín todos no perdieron la oportunidad para acercarse a ellos y felicitarlos en persona. Algunas damas que ya eran madres le dieron consejos para los futuros meses y recuperación para el parto.
Sabía recibido también muchas cartas haciéndole invitaciones para reuniones y fiestas del té,las declinó todas alegando estar cansada y presentar mareos constantes...en parte era verdad,y en la otra es que no tenía ánimos para fiestas.

En estos momentos se encontraba tomando un poco de aire fresco en una de las terrazas en compañía de sus doncellas personales.
Ambas estaban ayudándole a escoger muebles del catálogo.
Hace unos días leyó en el periódico sobre un terrible incendio que acabo con el orfanato de Camden,a las afueras del Reino Unido. Afortunadamente no cobro la vida de ningún ser humano,pero las instalaciones quedaron inservibles. Y haciendo gala a su enorme corazón,decidió donar muebles como camas,cunas,mesas con bancos,mantas y almohadas,además de pequeñas despensas para cada pequeño. Eran un total de 240 huérfanos,niños y niñas desde recién nacidos hasta los 12 años,niños sin protección ni amor ... Así que decidió donar todo eso para esos chiquitines,por supuesto con aprobación de Frederick,quién cada día admiraba más a la mujer de su vida...

Se encontraba en un vestido muy liviano, prácticamente un camisón,y con discreción había quitado sus zapatos y pisaba descalza el frío suelo que para ella era la gloria. Últimamente tenía demasiados bochornos y sus pies se sentían hinchados al finalizar el día,por lo que dejó definitivamente los tacones y usaba solo zapato de piso.
Le dio un sorbo a su jugo de tomate,su primer antojo. Lo habían dejado tal y como lo pidió,le dio un largo trago disfrutando lo frío que estaba. El jardín estaba en su apogeo,había entrado recién la primavera y sus fressias estaban comenzando a florecer. Escucho a Corina mencionar que deberían de comenzar a buscar a la nodriza que se encargaría de la alimentación de su bebé...¡Menuda tontería! Ella es su madre,ella debía encargarse de su bebé. Nadie más lo alimentaría,solo ella.
Decidió guardar silencio para no ocasionar disgustos en sus doncellas,quienes ciertamente se estaban volviendo muy cercanas a ella.

Siguió hojeando el catálogo de la fina mueblería,hasta que llegó a la página de las cunas. No pudo evitar quedarse largo rato hojeando esa sección,encontrando cada cuna más hermosa que la anterior. También habían cambiadores,mecedoras,sillitas altas y todo lo necesario para los bebés.
Eso despertó en ella una emoción de comenzar a decorar el cuarto y comenzar a realizar las compras para su pequeño...o pequeña.
Sabía que se buscaba que el heredero sea varón,siempre se desean más lo varones que las mujeres. Para muchos nobles las mujeres solo son cupones para canjearse y poder obtener más ganancias y negocios con el tema del matrimonio... Pero en el fondo ella sentía que su bebé sería una niña...
Escucho llegar un auto por lo que bajo la mirada para ver llegar a su esposo junto con su mejor amigo de él,Oliver. Lo conocia,había sido padrino de la boda,y había podido convivir un poco con el esa noche.
Sabía que estaban en asuntos de trabajo,por lo que decidió dejarlos y seguir en su burbuja de tranquilidad decidiendo por fin que muebles pedirían. Mañana temprano Hans,unos de los mayordomos levantaría el pedido para recibirlos lo más pronto posible.

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- Creo que a papá también le está afectando el embarazo - se carcajeaba Oliver fuertemente al ver a su amigo casi verde por el olor de la taza de café que le habían llevado.
- Cállate idiota,no es gracioso - dijo con voz ronca tapándose la nariz y alejando la taza con asco.
Y es que su esposa solo presentaba bochornos,los mareos poco a poco estaban desapareciendo. Sin embargo parecía que resplandecia una luz que la hacía ver más hermosa aún... Claro está que a él los ascos le estaban pasando factura.
En dos semanas Beatrice te daría revisión médica,mientras el se había asegurado cada día de qué tomara todas sus vitaminas y no se saltará ni una sola comida.
Confiaba plenamente en que todo estaba en orden.
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- y tomando estos jugos podrá controlar su malestar sin ningún problema - decía el galeno apuntándolos en un pergamino
- Es muy amable doctor,le agradezco la atención para mi esposo - decía divertida Beatrice al verlo prácticamente vomitar el suelo con el "olor de hospital" que desprendía el galeno.
Su esposa estaba perfecta,igual el bebé. El no tanto. Ahora tendría que tomar jugos para controlar las náuseas...genial.
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Rowena se encontraba vomitando mientras su ahora esposo,sujetaba su precioso cabello para evitar ensuciarlo.
Los malestares la estaban atacando casi la mayor parte del día,estaba por finalizar su primer trimestre.
Había sido todo un reto ocultar los síntomas de sus padres y de los sirvientes,aún así sabía que habría chismes y murmullos en cuanto su bebé naciera.
Benjamín ayudo a que se aseara y la llevo en brazos hasta la cama,se encontraban en Londres,en una casa que su familia tenía ahí en el centro. No habían podido viajar de luna de miel por su estado de ella... Ya después tendrían tiempo para hacerlo
-Te amo - se dijeron al unísono para caer profundamente dormidos...hasta que ella se levantó a vomitar de nuevo... "Bienvenido a tu futura paternidad" penso Benjamín mientras se levanta para ayudarle con el cabello.

Una esposa diferente para el ducado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora