La vanidad de un Dios

Vl

Envidia.

- ¡Es hora de... ¿Ah?-

El peli-blanco entro con una sonrisa a la habitación de la deidad, aún que se llevo una sorpresa al ver cómo tanto el Dios como el Sayajin estaba dormidos, ya se le había hecho extraño el no ver al Sayajin haciendo sus 'labores'.

- Vaya... Que sorpresa -

Dijo acercándose y analizando el panorama, fue impresionante al ver cómo dormia el dios, ya lo conocia de hace mucho tiempo, y sabia bien que habia entrado en aquella 'etapa' para asi dormir por un largo tiempo, aun que como explicar la accion del Sayajin, el tambien estaba dormido.

De repente algo hizo 'click' en su mente, recordo la pequeña conversación de la noche anterior, y como anteriormente el dios dijo que necesitaba "dormir". Las piezas encajaron perfectamente.

Decido salir de aquella habitación, entonces se dió un pequeño paseo por todo el templo en dónde solo se escuchaban sus pasos y algunos pequeños ruiditos, pasando por cada pasillo del lugar, notando algunas cosas desordenadas y una que otra cosa sucia aunque con ayuda de su báculo fue solucionado en un instante.

Observó el dormitorio del sayajin, ahora vacío por su estancia en otro 'lugar', entro y acomodo uno de los brazaletes dorados que tenia (cortesía del mismo)  el peli-palmera, vio como tambien las cortinas (El dios ordenó ponerlas) que tenia en la habitación estabas abiertas de par en par, decidió cerrarlas, sabía de antemano que estarian cerradas un muy largo tiempo. Entonces se decidió salir de allí, pensó que hubiera Sido algo grandioso si el Sayajin estubiera 'despierto', ya hubiesen desayunado y ahora lo estaría entrenando. En fin.

— No siento en ki del gritón del Señor Bills —

Dijo una voz muy aguda detrás del peli-blanco, quien solo esboso una sonrisa.

— Está durmiendo —

Dijo sin detener su caminar.

— Ohh, ¿y el Sayajin de bonitos ojos?

Volvió a preguntar el pez oráculo.

— está igual que el señor Bills, dudo que despierten pronto —

Dijo con recelo  caminando a la salida del templo, al igual que dentro del templo decidio darse un recorrido por todo el lugar, esta apreciando más los pequeños sonidos, árboles, todo.

Desde hace cuando que no sentía tanto silencio, ni el mismo podría recordar, era algo agradable.

En realidad no sabía que había pasado en los últimos 15 minutos, estaba en aquel inmenso 'jardin' oculto en el templo, con una taza de té y hablando con el supremo Kaio-Shin.

— Dice que el señor Bills y Goku están... ¿Durmiendo? —

Interrogó el oji-negro moviendo con una cucharilla del té.

— Así es, supongo que estarán así por un largo tiempo, ví al Señor Bills algo cansado —

Menciono tomando un sorbo del te.

— Ojalá no sea mucho —

Susurro.

— ¿Cómo dice Kaio? —

Pregunto el angel al no a ver 'escuchando' bien.

— Uhmn, es decir, no quisiera que ela señor Bills estuviera tanto tiempo con el señor Goku —

Respondió.

— ¿A qué se refiere? —

Volvió a preguntar está vez algo intrigado.

— No quisiera que Goku sea más cercano al Señor Bills —

— Ya veo, ¿usted siente un interés romántico hacia...? —

Pregunto sin pena alguna mirando directamente al Kaio-Shin el cual se ruborizó inmediatamente.

— N-no, por favor no piense eso —

Dijo negando con ambas manos, meneandolas de un lado a otro.

— Jojo que inesperado, ¿Es el señor Bills? —

Pregunto nuevamente sin pena, aún que su cara de diversión fue cambiada por una completa de seriedad e impresión al notar el semblante del Kaio-Shin, su expresión decía algo tipo como un ¿Que?.

— En lo absoluto —

Dijo tomando del té.

— Kaio-Shin, creo que usted sabe de antemano que los dioses no pueden relacionarse con mortales—

Dijo refiriéndose directamente al Goku.

— Goku ya no es un mortal —

— Hay que hacer creer que eso, es mentira —

Respondió 'seriamente'.

— Goku es inmortal, además está casi a la semejanza de un Dios destructor, y eso que nunca ha peleando enserio —

Dijo dandole completamente la contraria al ángel.

— Es por ayuda de su mentor —

Respondió el ángel refiriéndose a si mismo.

— Goku es inmortal —

Dijo está vez dando un pequeño azote a la mesa, casi nunca veías de esa manera al peli-blanco.

— El paquete tiene los mismo gustos —

Dijo tomando del té, era muy evidente a lo que se refería, aún que el supremio kaio no entendio muy bien la referencua.

— ¿"Paquete"? —

— Jojo dije algo tan inapropriado —

Le respondió el ángel entre risas al notar la mirada confundida del supremo.

— Ya debería irse Supremo —

Dijo volvisno a tomar del té mirando al oji-negro.

— tiene razón, en fin, hasta luego —

Y sin más desapareció (con ayuda de su teletransportación), solo se escuchó el pequeño 'fhs' en cuando se fue, y entonces todo fue silencio.

— Que mala educación no salir por dónde entraste —

Dijo finjuendo algo de desagrado. El angel termino su taza de té y comenzó a ordenar algunos planetas que se habían salido de su órbita, así estando en ellos por un buen tiempo, agradeció la compañía del pez oráculo el cual le hablaba de vez en cuando, aún que siempre preguntando sobre aquellos sayajines, y también vegeta, El cual estaba en la tierra.

No sabe cuántas horas pasaron pero se había encargado de algunas labores, como la hierba, bien sabía que podría usar su báculo, pero quería algo de 'nostalgia'. Así recordando como hace unos años dos Saiyajines entrenaban sin cesar ahí.

Recordo de como fue hace algunos (millones) de años se quedaba completamente solo cuando el dios tomaba su 'siesta', aún que ahora era completamente diferente, algo queria arrebatarle al sayajin y ser el quien pueda disfrutar de la  compañia del peli-rojo y no el dios, aun que le irritaba aquel hecho pero, '¿que podria hacer el?' facil... Nada.

Mis ganas de abrazar al señor Goku son tantas, no se cómo tengo el valor para contenerme, en impresionante, me encantaria darle un gran abrazo, tocar su cuerpo, sus manos, probar sus lindos y tan suaves labios, saborearlos, o aún que sea tener su compañía, no importaría si está dormido por qué estaria con el, no lo dejaría, incluso trataria de  de acompañarlo... Pero bueno.

Voy a esperar su despertar, y el de la tierra.