La vanidad de un Dios

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Congelamiento.

 
— Vamos, ¡apresúrate Goku! —

Regaño un dios gato morado, mientras daba un ligero bostezo.

— Lo siento señor Bills, ya estoy listo —

Dijo el pelirrojo mientras acomodaba el velo que cubria parte de su rostro y parte de su cabello.

En aquel momento llego el ángel, quien miro un momento al sayajin, hasta que decidió hablar.

— Es momento de partir Señor bills —

Dijo para acto seguido caminar hasta salir de aquel templo, siendo seguido por el sayajin pelirrojo y el Dios destructor, al momento en el que paro su andar, el dios poso su mano en el hombro del angel, siendo el peli-blanco quien le daba la espalda, el oji-carmin poso su mano en el hombro del dios el cual no opuso resistencia. El trío partió con rumbo al universo díez, con un propósito claro.

El propósito era visitar al la deidad de la creación de aquel universo y a su discípulo en especial.

Mientras viajaban a aquel lugar el Dios comenzó a recordar como fue que pasaron muchas cosas tras aquella fuerte lucha de su antes discípulo y el discípulo de su ángel, aquella feroz batalla con Moro, recordaba bien que fue lo que pasó en el último momento, como aquel ser tan fastidioso logro fusionarse con la tierra y como el sayajin más fuerte en ese momento derrotó al sujeto. Aún qué tras aquello pasaron incidentes en dónde el sayajin Goku, se tranfromaba en su fase Dios, sin voluntad propia, lo cual era algo preocupante, más no se espero lo que llegaría despues.

Recordo que el planeta tierra comenzó a 'tratar' de explotar o más bien hacer juegos artificiales, aún que al principio fue algo preocupante más tarde se volvió peor, hasta recurrir a la ayuda del gran sacerdote quien con ayuda de su hijo lograron congelar todo ser vivo en la tierra, y hacer que el planeta tenga un descanso de almenos mil o quinientos años. Aún que su plan era dejar toda vida terrestre en el planeta, no fue ese el caso del sayajin Goku, quien en aquel momento estaba con su transformación de dios activada sin saber por qué, aún que al tratar de ser congelado se lanzo al cielo y espacio para no quedar así, se quedó bagando por algunos días en el espacio, sobreviviendo de puro milagro, hasta ser encontrado por unos seres, lo cual llegó a oídos del dios y el Ángel, quienes apresurados fueron en busca del sayajin, quien seguía inconsciente.

Mucho paso después de ello, el sayajin nos despertaba y la preocupación del dios se hacia más evidente, y más al ver cómo en todo ese tiempo el sayajin no se había destransformado, como en todo momento siguo con aquella transformacion. Hasta el día en que despertó.

— Ya llegamos —

Menciono el ángel aterrizando en el planeta del dios creador del universo díez.