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¿Cuánto tiempo tenía ya de estar en el cielo? ¿Hace cuánto no veía con sus propios ojos el mundo humano? Él, Adán, el primer hombre... ¿Encerrado? No tenía porque permanecer eternamente en el cielo y dar un paseo por el mundo mortal luego de un exterminio parecía la mejor idea del mundo.

Pero aquí estaba, escuchando a Lutte sacando la mierda de contexto de nuevo, era algo asfixiante tener que oírla parlotear sobre "su seguridad" y sobre lo "peligroso que es ahora el mundo mortal" para él.
A la mierda, ¿qué se supone qué podrían hacerle unos pecadores inmundos no muertos? Daba igual si estaban en el mundo mortal o en el infierno, él podía matarlos, después de todo... ¿Quién iba a detenerlo? ¿Dios? Ja.

-Dios, ¿podrías cerrar el hocico? Solo iré a ver cómo ha cambiado todo allá y tú no deberías meterte, perra chismosa.- Dijo, ya harto de la conversación sin sentido que apenas y escucho levemente.
-Señor, por favor, lo conozco, usted es capaz de llamar demasiado la atención y meternos en un problema... Yo sé que-
Y dejo de escuchar, veía como su boca se movía mas no escucho palabra alguna y de pronto supo que hacer para cerrarle la boca.
-¿Y sí vienes conmigo? Ahórrate el sermón.-
Lutte lo pensó, era una buena idea, ella podía controlar a Adán y así todo iría bien, quizás podrían empezar a ser más... Íntimos.
-De acuerdo pero, señor, no debe confiarse, los humanos de ahora son...-
-Nada de sermones perra, ¿quieres ir o no?-
-Sí.-
Una vez dicho esto Lutte abrió el portal para Adán y ambos cruzaron, finalmente estaban en el mundo humano y olía a humo mezclado con porquería.

Durante unas horas todo fue muy divertido, todo había cambiado, no era tan increíble cómo el cielo pero, era menos aburrido.
De pronto chocó con alguien. -Uh, disculpe, señor.- Murmuró la persona pero, había algo, su olor, su... Presencia ¿sería posible? ¿Realmente estaba pasando? Al bajar la mirada para confirmar con sus propios ojos lo que sus instintos gritaban su mente quedó en blanco, el tiempo pareció detenerse y sus instintos, tan afilados como un cuchillo tomaron el control.
Tomo del brazo al muchacho frente a él y tiró de él, acercándolo.
Era su Omega, ese muchacho era su destinado, su otra mitad.
Se aferró a él con fuerza sacando un quejido de dolor de su destinado, eso hizo que un escalofrío terriblemente excitante recorriera su espalda y Dios, ¿finalmente podría poseerlo?
-¿Cómo te llamas?- Apretó con más fuerza, saboreando cada detalle de su expresión y oyendo a Lutte a lo lejos ¿qué importaba sí Lutte se enfadaba después? Ese chico era su chico después de todo.

-¡Suelteme! ¡Me está haciendo daño!- Grito, con una mezcla de emociones que no sabía controlar, no era el primer alfa que se abalanzaba sobre él pero, este hombre lo estaba asustando ¿y por qué diablos iba disfrazado de ángel? -¡Si no me suelta voy a llamar a la policía!-

-¡Señor, detengase, estamos llamando la atención!- Lutte intentaba moverlo, evitar armar tanto escándalo frente a tantos humanos y sinceramente no comprendía lo que pasaba, ¿Adán conocía a ese muchacho? ¿Y por qué estaba soltando tantas feromonas? Estaba mareandola y ella ni siquiera era Omega.

La ignoró por completo, no le importaba sí lo veían o no, necesitaba acercarse a él pero, ¿por qué su Omega no lo estaba reconociendo como su alfa? Debería estar arrodillado pidiendo su polla ahora mismo mas parecía aterrado y confundido.
Algo iba mal.

-Dime tu nombre, ahora Omega.- Hacía tanto que no usaba su voz de mando que le resultó extraño volverla a escuchar.
-¡Sebastian! ¡Me llamo Sebastián!- Se sentía mareado por las feromonas del alfa, su voz, su fuerza... Sentía que caía en un precipicio peligroso, sabía que algo sucedería hoy pero, ¿en serio era esto? ¿Otro alfa desquiciado pero, con unas feromonas capaz de afectarlo incluso con supresores? Hubiera preferido encontrarse con un narcotraficante o convertirse en uno directamente.

Adán aflojó el agarre creyendo que el Omega no se movería de su lugar pero, lo hizo, el pequeño bastardo empezó a correr sin mirar atrás intentando perderse entre la gente y él quiso ir tras él pero, Lutte lo agarro con fuerza y él sin pensarlo se abalanzó sobre ella, atacandola con brutalidad.
Gruñía como un animal, necesitaba atrapar a su Omega, lo necesitaba, la gente se acercaba y gritaba y él, desesperado decidió que unos pecadores más no eran una gran diferencia.

"Mierda, ¡Adán!"

Sentía a Lute intentando contenerme y casi pude reír, ¿por qué lo hacía? Solo quería ir tras él, sentirlo, oírlo... Tenerlo.

"Bien, señor, hora de irnos-" Interrumpí sus palabras desagradables, esa perra no me daba órdenes, yo las daba, solo yo.

"No nos iremos, vamos a ir por ese humano, ¿o piensas seguir temblando como una perra maricona? Vas a ayudarme y vas a traerme a ese humano. Ahora."

"Sí, señor..."

Buscarón durante lo que parecierón horas, Adán maldecía y estaba muy irritado "¡¿Cómo pude perderlo?!" Decía en su cabeza, estaba furioso con Lute por impedir que fuera tras él, era su Omega, ¿no es acaso su derecho marcar a su Omega? Lo había encontrado, merecía tener a ese mocoso.
Deseaba saborearlo.
Él intentaba encontrar su rastro, algo de su aroma en el aire lo llevaría directo a él pero, el mundo humano apestaba y no podía encontrarlo.
Estaba aterrado "¿Y sí... Y sí ya no lo encuentró de nuevo? ¿Lo encontré despúes de siglos solo para dejarlo desaparecer?" Pensaba, su irá se mezclaba con su ansiedad creciente.

Solo tenía que marcarlo y no podría huir de él como lo hizo Eva.
No podría vivir sin él y finalmente podría respirar.

"Señor... Yo creo que no lo encontraremos, deberíamos irnos ya."

Quería decir que no, que debían seguir buscando hasta encontrarlo pero, tal vez era lo mejor.

"Sí, abré el portal" y de pronto, como si Dios hubiera tenido piedad de él... Lo sintío, tenía de nuevo su aroma y comenzo a correr, desesperado.

"¡Señor, no haga esto otra vez!"
Trató de tomar su mano, de retenerlo y Adán no dudo en golpearla directamente en el estomago para seguir corriendo.
"Lo perdí por tu culpa una vez, apartate."

Corría y corría luchando por no perder su rastro otra vez, su olor era cada vez más fuerte y finalmente lo vio.
Estaba en una tienda, hablaba con la cajera que sonreía como una ramera para él.
Definitivamente le mandaría más de un alma a Lucifer hoy.
Estaba por entrar cuando una mano se aferro a su hombro, sí, mataría a Lute si seguía metiendosé.

"Adán, espera... No lo saques a la fuerza, tengo una idea."

"¿Y qué propones exactamente? ¿Qué lo invite a salir luego de casi marcarlo por la fuerza?" La irá era perfectamente visible en sus ojos, parecía más que dispuesto a arrancarle la cabeza a la señorita que se reía junto con su destinado.

"No, calmese, yo creo que lo mejor sería seguirlo de esa forma sabrá dondé vive y podrá localizarlo facilmente... Podría infiltrarse en su entorno, nosotros podríamos... ¡Raptar a un humano solitario y acercarnos al humano luego!"

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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La persona destinada de Adán [Adan X Y/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora