Capítulo 1

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El primer día de escuela de su segundo año de preparatoria, Haerin hizo su entrada en la Escuela Einstein como la nueva estudiante, atrayendo de inmediato las miradas de muchos de sus compañeros debido a su notable belleza. Con su cabello negro y liso que caía en suaves mechones alrededor de su rostro, y unos ojos únicos con una expresión felina, su presencia era difícil de pasar por alto. A medida que caminaba por los pasillos, su piel blanca y su caminar elegante la destacaban entre la multitud de estudiantes que se apresuraban de un lado a otro. A pesar de ser consciente del impacto que su apariencia tenía en los demás, Haerin odiaba llamar la atención y prefería mantener un perfil bajo, incluso deseaba que la gente no notara su presencia.

Durante la primera semana, Haerin se encontró siendo el centro de atención de muchos estudiantes hormonales, quienes se acercaban con la intención de coquetear con ella, teniendo la ilusión de tener su primer noviazgo adolescente o algo parecido. Sin embargo, su timidez y su naturaleza introvertida hacían que las conversaciones fueran incómodas y poco fluidas. Pronto, los intentos de acercamiento se desvanecieron, dejando a Haerin sola en su propio mundo otra vez.

Entre la multitud de personas que se alejaron de Haerin, hubo una excepción notable: Hyein. La popular chica de segundo grado que era conocida por su altura y extroversión. Como compañera de grado y salón, Hyein se acercó a Haerin desde el primer día para presentarse y hacerle sentir bienvenida. A pesar de la falta de palabras de Haerin, Hyein persistió en su intento de hacer amistad con ella, manteniéndose firme en su decisión de sentarse junto a ella en clase, una posición que nadie pudo mover. Desde el primer momento, Hyein se convirtió en quien hacía sentir a Haerin más a gusto en medio del mar de caras desconocidas y conversaciones que fluían a su alrededor. Su habitual entusiasmo y amabilidad se convirtieron en un faro de luz en los días solitarios de Haerin, proporcionándole una sensación de seguridad y pertenencia en su nuevo entorno escolar.

Día tras día, Hyein se aseguraba de sentarse junto a Haerin en el salón de clases, creando poco a poco una linda amistad entre ellas. Compartían momentos de risas y confidencias, con Hyein siendo la única afortunada en presenciar la sonrisa de Haerin.

Lo que realmente destacaba era que Hyein era la única que lograba entablar conversaciones más allá de un par de palabras con Haerin. A veces, incluso dejaba a su grupo habitual de amigas durante los recreos para pasar tiempo exclusivo con ella. Aunque Hyein había invitado a Haerin a unirse a su grupo de amigos varias veces, esta siempre se negaba con una sonrisa tímida, argumentando que era demasiado introvertida para integrarse en un grupo grande y tan popular en la escuela.

Sin embargo, eso no impedía que disfrutaran de su tiempo juntas. A menudo, durante los descansos entre clases, encontrarías a Hyein y Haerin compartiendo confidencias en un rincón tranquilo del patio escolar. Hyein se esforzaba por hacer que Haerin se sintiera cómoda y aceptada, asegurándose de que siempre supiera que tenía a alguien en quien confiar en medio de la abrumadora experiencia de ser la nueva chica en la escuela.

Mientras tanto, en otro rincón de la escuela, Minji tuvo su primer encuentro con Haerin un martes por la tarde. Al verla por primera vez, Minji quedó impresionada por su belleza deslumbrante. Haerin parecía estar en su propio mundo, ajena al alboroto que la rodeaba, lo que solo servía para realzar su aura misteriosa y cautivadora.

A medida que los días pasaban, Minji seguía sonrojándose cada que veía a la chica nueva por la escuela, pero para la mayor, Haerin representaba algo más que solo una cara bonita en la multitud. Su presencia tenía un atractivo magnético que la dejaba intrigada y fascinada. Sin embargo, Minji también podía percibir la timidez y la vulnerabilidad que se escondían detrás de la fachada de confianza de Haerin, lo que despertaba en ella un deseo de conocerla más a fondo.

Cada vez que Minji notaba a Haerin bajo el árbol más alejado del patio de la escuela, la chica siempre estaba absorta en sus dibujos. Esta escena despertaba la curiosidad de la coreana, haciéndola preguntarse qué estaría creando Haerin y cuáles serían sus intereses. Sin embargo, a pesar de sentirse intrigada, Minji nunca se atrevió a preguntar directamente a Hyein sobre Haerin. No quería que sus amigas la molestaran constantemente por tener interés en alguien, así que prefería mantener su curiosidad en silencio y observar desde la distancia, al menos por ahora.




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