-Minji, ¿quién se te hace la persona más linda de la escuela?
-Haerin de segundo grado.
...
-¡Es Match!
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Historia corta. Basada en los "Match" de TikTok.
Después de su memorable cita en el arcade, Minji y Haerin comenzaron a pasar aún más tiempo juntas en la escuela. Al día siguiente de aquella cita, Minji saludó a Haerin con un abrazo. Aquel gesto, cargado de calidez y afecto, marcó el comienzo de una nueva rutina para ambas. Con el pasar de los días, aquel simple abrazo se convirtió en algo más: se transformó en un dulce beso en la mejilla que Haerin recibía cada día con una sonrisa tímida pero radiante.
Durante los descansos en la escuela, Minji y Haerin solían encontrarse bajo el árbol en el patio. Mientras Haerin se sumergía en sus dibujos, Minji se sentaba a su lado, sumergida en un libro. A veces compartían conversaciones animadas, otras veces disfrutaban del silencio cómodo entre ellas. Para Haerin, cada momento junto a Minji era especial, lleno de ternura y conexión.
Poco a poco, Haerin comenzó a pasar los almuerzos con Minji y su grupo de amigas, Hyein, Danielle y Hanni. Al principio, se sentía un poco nerviosa por unirse al grupo, pero Minji y las demás la recibieron con los brazos abiertos. Entre risas y charlas animadas, Haerin se sentía cada vez más cómoda y aceptada en su círculo de amigos. La presencia de Hyein era de gran ayuda para Haerin, ya que la chica alta se había convertido en su mejor amiga. Con su apoyo y su cariño, Hyein ayudaba a Haerin a integrarse completamente al grupo, brindándole confianza y haciéndola sentir parte de la familia que habían formado.
Ahora, cada vez que pasaban un break juntas, al final de este, Minji se encargaba de acompañar a Haerin a su salón, asegurándose de que llegara sin contratiempos. Y luego, cada día después de clases, Minji la encaminaba hasta su hogar. Aquella dinámica había cambiado un poco cuando un jueves por la tarde, mientras caminaban de regreso a casa, Minji le había preguntado: "¿Puedo tomarte de la mano?".
Al principio, solo caminaban de la mano cuando salían de la escuela, pero luego, un día, Minji había comenzado a tomar su mano también dentro de la escuela. Todas esas pequeñas acciones, desde los abrazos y besos en la mejilla hasta tomar sus manos, provocaban en Haerin una explosión de emociones, como si mil mariposas revolotearan en su estómago. Cada gesto de afecto de Minji hacía que se sintiera especial y querida, y cada día que pasaba, su atracción por Minji crecía más y más.
Un día, bajo la sombra reconfortante del árbol de siempre, Haerin estaba sentada con la espalda apoyada en su tronco, mientras Minji yacía sobre el césped, descansando con su cabeza recostada en el regazo de Haerin. Ese día, Minji le había regalado a Haerin un nuevo cuaderno de dibujo, ya que el anterior se había llenado de creatividad y trazos. A la joven de segundo grado le fascinaba que Minji fuera tan detallista.
Haerin observaba con atención el rostro de Minji mientras esta se sumergía en la lectura. Cada vez que Minji dejaba una caricia en su mano, Haerin sentía una cálida corriente de emociones recorrer su cuerpo. Finalmente, sin poder contener sus sentimientos por más tiempo, Haerin confesó en un susurro:
—Me gustas mucho.
La mirada de Minji se iluminó con una sonrisa radiante al escuchar aquella frase. Sin decir una palabra, se incorporó para sentarse frente a Haerin, encontrando su mirada con ternura.
—¿Puedo besarte? —preguntó Minji, con voz suave, mientras su mano buscaba la de la menor.
Haerin, después de esconder su rostro entre sus manos por unos instantes, asintió tímidamente.
Fue así como tuvieron su primer beso, un dulce y tierno encuentro que selló un nuevo capítulo en su relación.
