V: Respeto no es lo mismo que deseo

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Viernes, 08 de Agosto de 1919


Ya no lo soportaba más... se sentía ansiosa y desesperada, era extraño, pero ya no sentía temor por el, ya no se sentía ansiosa por sentirse amenazada o expuesta, ahora era un tipo de ansiedad diferente.

Su mirada y su risa le generaban cosquillas en su estómago, su sonrisa le provocaba un rubor en su rostro, pero lo mas incomodo eran los roces, si, roces accidentales cuando tomaba los documentos que le pasaba o cuando caminaba cerca de él para las reuniones, sin notarlo inconscientemente lo buscaba, y por mas loco que pareciera, sentía que era alguien especial, por el simple hecho de saber su secreto, ¡ERA UN ASESINO POR EL AMOR A DIOS!... Y aun así, se sentía cercana a él solo por saberlo, se sentía como algo intimó, y el trato tan cordial que le daba no ayudaba a calmar la tormenta que albergaba en su interior, si claro que era cordial y respetuoso con las personas que lo rodeaban, sin embargo, pequeños detalles hacen la diferencia, y con ella siempre había una excepción.

Dios la perdone, pero se sentia atraida hacia un asesino, y como la cereza del pastel también era su jefe, curioso que ella también allá caído en sus encantos, sin embargo, no estaba segura de que él le correspondiera, o si quiera si la veía como algo más que un peón en su juego, porque sí, si algo había aprendido de Alastor Devone era que siempre movería sus fichas para que todo saliera a su favor, el era capaz de controlar lo incontrolable, y eso... solo lo volvia mas atractivo a su parecer. 

Como una costumbre, nuevamente se encontraban en la sala de juntas con ella sentada en la silla mientras Alastor estaba en el reposabrazos, siendo en esta ocasión estaban reunidos escuchando a Robert Demet el director de la estación de radio, jefe de todos en la estación, lo se solamente hacía más halagador el hecho de que ni siquiera por su propio jefe, Alastor dejará sus modales y le cediera el asiento. 

En resumen, pronto habría una gala de recaudación, eventos a los que los locutores parecían estar acostumbrados pues ninguno parecio emocionarse por ello más allá de lo normal, el único a la regla por su puesto era su jefe quien lo sintió desganarse con la sola mención del evento, aparentemente pronto harían tratos con las ciudades cercanas para expandir las transmisiones y ganar terreno por sobre la competencia, con los próximos establecimientos en iniciar su apertura era primordial ser de los primeros en cubrir las noticias, así que debían de quedar bien con algunos promotores.

Hasta que la muerte nos separe [Alastor x oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora