Los ángeles caían en picada, apuntando con sus lanzas hacia los pecadores que corrían para esconderse durante el exterminio, al parecer, 6 meses después de que mataran a Adam, los exorcistas decidieron adelantar otra masacre.
El cielo teñido de rojo no se comparaba con las calles sangrientas donde se encontraba peleando Alastor contra 5 ángeles.
—¡Jaja! ¡Buena suerte a la próxima, jugador número 1!—Exclamó el demonio de la radio con un tono sarcástico y esa sonrisa burlesca que solo llenaba de ira al ángel con un brazo mecanico que acababa de derribar con uno de sus tentáculos.
Y mientras los 4 exorcistas restantes intentaban acribillar al pelirrojo, en la habitación de su torre, Vox se encontraba disfrutando el maravilloso espectáculo que mostraban sus bastas pantallas.
Su humor iba y venía, del extasis a la ira total, ver como Alastor se balanceaba, esquivando las lanzas con agilidad y elegancia le ponía los pelos de punta.Cada vez que veía el roce de la punta y la piel de ese demonio le despertaba una intensa emoción, lo quería muerto y lo quería muerto ahora.
—¡Agh, esto no puede ser posible! ¡Lo tienen ahí enfrente! ¡Solo mátalo de una vez!
Pequeñas chispas de electricidad salian detrás de su cuello a medida que su frustración crecía.
Pero su sonrisa se amplió al ver que aquel ángel que Alastor había tirado al suelo se levantó y tomó su arma, apuntando hacia Alastor con un único propósito.Entonces corrió, tomando impulso y gritando.
—¡Esto es por Adam pecador hijo de puta!—Logró atravesar el pecho de Alastor, perforando su pulmón.
El demonio de la radio se encorvo hacia adelante, sintiendo el impacto de la lanza que entró desde su espalda, para después encontrarse a sí mismo tosiendo sangre en el suelo.
Trató de levantarse, pero pronto, los 5 ángeles a los que estaba enfrentando hace un momento, de repente habían obtenido una ventaja de la cual se aprovecharían.Lanzaron lejos de su alcance su micrófono y cuando trato de tomarlo, le pizaron el brazo, lo jalaron del cabello y las apuñaladas no cesaban.
Lo que bien uno esperaría logrará alegrar a Vox, pero en para su sorpresa, su instinto le obligó a teletransportarse hacia Alastor a través de un cable suelto que había sido roto por un ángel.Consternado, lo único que logró hacer fue cargar al demonio de la radio, el micrófono de este y volver a su torre.
Alastor, a pesar de su condición, voltea hacia Vox.—Creí que me querías muerto.—Dijo con un tono dudoso y a la vez con esa sonrisa burlona.
—Luego me lo agradeces.—Vox giro los ojos, le dió la espalda mientras se preguntaba que acababa de ocurrir.
—Deberías saber, viejo amigo, que estoy consciente de tus intenciones.
—¿Mis intenciones?—Tartamudeo un poco al preguntar.
—Estoy seguro de que debe de haber algún motivo, no puedes simplemente—Fue interrumpido por Vox.
—¿Eso importa?—Trataba de no dar explicaciones, ni él mismo conocía la razón que tuvo para salvarle.
—Por supuesto que importa, no puedes salvarme de la nada, sin estar planeando algo.—Alastor decía con un tono acusador detrás de su sonrisa, pero comenzó a toser sangre.
—¿Estas bien? ¡Estas tosiendo sangre!
Alastor trataba de responder pero se estaba ahogando con su propia sangre y la lanza celestial que tenía atorada no ayudaba mucho.
—¡No puede ser! ¡Espera ahí, se que hacer!
Vox corrió hacia el laboratorio donde Velvett preparaba sus pociones y busco todas las que pudieran servirle para curar al demonio de la radio.
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Manipulación de los medios
RandomEn plena exterminación, Vox observa a Alastor desde la comodidad de su torre y, por accidente, descubre como mantener al demonio de la radio bajo su control.