Entre la oscuridad y el abismo:

El todo por el sentir; todo por amar.

A pesar de que mi mente no lograba comprender la complejidad de la situación, mi corazón, de alguna manera u otra;  logró analizar ese bucle de ilusión.

En escasas palabras; Era el reconocido lado racional de mi ser, el cual a la lógica y la moral solía atenerse con placer. Contra ese lado tierno y empático que en mí se esconde, en las penumbras de mi alma, donde su luz de vez en cuando habría de responder.

—¿Cuánto debo de lastimarme, para que tú puedas llegar a considerar amarme?—En cada herida que sangre, en cada lágrima que derrame, ¿estaría tu recuerdo atormentándome?

Me sumerjo en su goce momentáneo, anhelando nuestro amor que sea eterno. Pero para ti, soy solo una más en la multitud, un individuo sin ningún tipo de virtud. Pero para mí, eras y siempre serás, la razón de mi vida, mi eterno escape de la oscuridad.

—¿Cuándo curaré la herida del amor que jamás me brindaste? ¿O cuándo dejaré de ser solo una sombra de tu contraste?— Quizás —y solo quizás— el tiempo lo revele,  y así, yo seré libre de falsas esperanzas que me desvelen.

—¿Cuántas veces he de herirme a mí mismo,  para que tú notes que sin tu amor yo solo caigo al abismo?— No valen los perdones, ni las mil y un razones, porque sé que tú jamás me darás tus tan anheladas pasiones. Yo daría mi existencia y mi credo por ti, mientras que tú, solo caricias falsas de vez en cuando me otorgas a mi.

Quizás deba romperme en pedazos —¿Es esa la mejor opción?— Tal vez eso sea suficiente para obtener tu amor. —¿Y si no lo es?— Me pregunto yo, entonces, —¿Qué será de mí en unos años?— Ojalá tú sepas la respuesta, porque claramente, yo no.

—¿Cuál es la llave que abrirá tu corazón?— Me pregunto sin cesar, —¿Acaso el destino me lo dirá?— No, lo hará.

Por qué tú amor es el abismo de la incertidumbre; el eco de un anhelo, la sombra de un deseo. Pues, esta obsesión mía se alarga en la penumbra, un mal que me llevará a crear mi propia tumba.