Poema con terminología científica y ella

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Conseguiste traspasar
el miocardio
llegando a ocupar
las cavidades de mi
corazón.
Abrazaste mi
ventrículo izquierdo
que estaba herido,
curandolo así
de su operación.
Dormías en mi ventrículo derecho,
vivías en mis aurículas
y dejaste todo lo tuyo
en cada esquinita
de mi corazón.
Te adueñaste de mi sangre,
tanto rica,
cómo pobre de oxígeno,
impregnaste
tu ser
en mí
haciéndome adicta
a tu veneno.
En cada electro
mis pulsaciones
dibujaban
tu primera letra
de tu nombre hermoso.
Tu aroma
pasó por mi vía olfatoria
llegando así
por los bronquios,
llegando
a las pequeñas cabidades
de los pulmones,
sus alvéolos,
quedándose tu aroma,
por eso cada vez que respiro
huele a ti.
Mi estómago
siempre se mareaba
por las mariposas
que le generabas.
Mi hígado
no era capaz
de su regulación
ya que tú
limpiabas
el mal
de mis órganos.
El sistema nervioso
se me paralizaba
al llegarle la información
que veían mis ojos,
esos ojos atrapados
en la figura
de una persona.
Mis oídos
se sentían agusto
por la melodía
de su voz,
era tan dulce
que producía
somnolencia
al rededor de mi cerebro,
ese órgano que piensa
no conseguía
sacarla de su memoria
y todo recuerdo
se basaba en ella.
Mi piel
sentía el tacto
de aquella persona,
sentía sus manos
tocando con su
sutileza
y delicadeza
mi cuerpo desnudo,
donde conseguía
erizar
aquellos vellos.
Esa persona,
figura,
o producto de mi imaginación,
para mí,
era un hogar,
con sus muebles
cómodos,
su cama
acolchada,
sus lugares escondidos
donde pasar
desapercibido
y encontrando así
sentimientos
de calma,
sus lugares de
creación,
cómo los dibujos,
las letras,
la música
las melodías ...
Era como estar
en un sueño,
sus brazos
eran como las nubes
blanditas,
cómodas,
achuchable,
te quieres quedar ahí
millones de horas
por y para siempre,
hasta que
nuestros labios
se acomodaron,
su sabor
era dulce
cómo la miel,
sus labios
suaves ,
cómodos
y blanditos.
Pero con todo esto
me dejó en la boca
ese sabor misterioso
ese de miel,
que de pronto
se volvió
mi favorito,
quería volver a ese sabor
ese veneno,
ya que se me generó
el mono
que te produce el tabaco.
Pero
me quedo de por vida
con el sabor misterioso,
con el olor
en mis respiraciones,
con la comodidad
de mi cuerpo
a su persona,
me quedo con
las mejores sensaciones
jamás vividas
en mi vida.

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