Capítulo 4: Hola oscuridad, vieja amiga.

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Mar estaba en la cocina del Mandalay, necesitaba un vaso con agua después de volver de hablar con Luz y que le dijera que no sabía nada de ninguna de las niñas. Tomó un sorbo del agua y comenzó a pasearse por todo el lugar. No sabía que más hacer, no sabía en qué más pensar. Esa era su niña, su pequeña y ahora podía estar en peligro en cualquier lugar, en cualquier tiempo. Cielo la vio y le brindó un abrazo. Mar sabía que siempre iba a poder hablar con Cielo, pero ahora las palabras no le salían.

-Van a aparecer.

-Tengo una angustia que no se va con nada.

-Sé que es difícil. Lidiar con adolescentes es un reto. Lo sé, yo tuve a veinte a mi cargo. Pero tenés que darle tiempo, las cosas van a mejorar.

-Quiero protegerla, quiero cuidarla. Pero últimamente parece que no nos entendemos.

-No la podés proteger de todo, sé que te gustaría, pero es inevitable que sienta dolor. En lugar de eso, tenés que enseñarle a afrontar la vida.

-¿Cómo? Si no me escucha.

-Escuchándola a ella. Thiago y vos están haciendo un excelente trabajo. Criaron a siete chicos maravillosos. Mora está en una etapa, pero no es una mala chica. Hablá con ella.

-¡Aparecieron!-Escucharon la voz de Lleca. Mar corrió lo más rápido que pudo y se encontró con la imagen que le devolvió el alma al cuerpo. Thiago abrazaba a Mora, Cristóbal abrazaba a Nina y Melody abrazaba a Amado. Claro, después del alivio de saber que estaban bien, venía el enojo.

-¿Estás loco? ¿Cómo vas a desaparecer así con las chicas? ¿Entendés que sos el mayor? Lo mínimo que espero es un poco de madurez de tu parte.-Lo retó Melody. Amado quiso explicarle, pero ella ni siquiera lo escuchó.

-¿Dónde estaban? Estábamos preocupados.-Dijo Cristóbal.

-Estábamos molestas, queríamos irnos un rato.-Mintió Mora. Sabía que si contaba la historia real quedaría muy mal parada con las veces que les advirtieron sobre los viajes en el tiempo.

-¿Con los tés de Paz?-Preguntó Thiago.

-Lo hicimos sin pensar.-Dijo Nina.

Mar estaba en una especie de shock, se había asustado mucho y ahora ver a su hija sana y salva la hizo estallar en lágrimas. Así que se acercó con rapidez y la abrazó.

-¿Por qué? ¿Por qué te fuiste?

-No lo sé. Necesitaba irme.

-Espero que hayas disfrutado de tu momento de libertad.-Dijo Thiago. -De ahora en adelante irás del colegio a la casa y de la casa al colegio. Esperanza te va a vigilar en el colegio y nosotros en la casa.

-¿Qué? ¿Pero no se dan cuenta de que por esto me fui? No aguanto que me quieran tener tan controlada.

-Te escapaste y te fuiste a otro tiempo, Mora.-Dijo Mar. -¿Sabés lo que nos asustamos?

-A Bruno nunca lo controlaron así.-Dijo Mora, más para ella misma, pero Mar y Thiago la escucharon. -Él era perfecto para ustedes, era el mejor ¿Desearían que él estuviera en mi lugar, no?

-¿Qué decís?-Dijo Thiago, sorprendido. Su discusión se vio interrumpida por otra discusión que ocurría a su lado. Cielo decía que talvez Nina estaba sufriendo efectos secundarios del viaje, pero rápidamente Mora y Amado se dieron cuenta de que no era así.

-Alai no está acá.

-¿Cómo que no está?-Dijo Amado, preocupado.

Mora giró y vio a lo lejos que Tacho estaba llegando al lugar, extrañado por todo el alboroto. -¡Tío! ¿Alai está con vos?

Una breve historia de viajes en el tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora