28 - Parte 1

13 2 0
                                    

Viernes trece

|

Me pregunté qué mierda hacía ahí.

Nos habíamos mudado ¿No?

Sacudí la cabeza sin comprender ya que la situación era extraña y confusa. ¿Por qué estaba en mi antiguo baño? Y sobre todo ¿Por qué actuaba con tanta normalidad sabiendo que debería estar en otro lugar?

Caminé unos cuantos pasos, y me metí a la bañera abriendo el grifo, esperando a que se llenara. Pegué las rodillas a mi pecho, abrazándolas y mis ojos se desviaron a una foto sobre la encimera del lavamanos. La contemplé varios segundos. Tampoco entendí que hacía ahí, pero estaba sintiendo cierta nostalgia viendo a mamá en la misma. Salía sola en la foto; también se me hizo raro, aunque no pude hacer ninguna pregunta con respecto a ello, ya que mi atención ahora estaba en la tina. En el agua, mejor dicho.

Sentí asco viendo el agua sucia, sin embargo, no me moví, de hecho, me quedé quieta viendo esta subir y subir más hasta llegar al borde, donde se detuvo abruptamente como una imagen congelada. Moví la cabeza a un lado y saqué mi mano del agua viendo que tampoco había movimiento de ondas. Fruncí el ceño demasiado confundida, y acerqué mi mano al grifo que mágicamente se había cerrado y me perdí por completo viendo una mariposa azul saliendo por el mismo. ¿Qué putas…?

Revoloteó apenas un poco¸ solo se quedó… ¿Flotando tal vez? Sobre el agua. Estaba frente a mí, y mis sentidos comenzaron a activarse. Escuchaba un leve zumbido en ese silencio del baño¸ un cosquilleo desagradable en mi piel tal vez por la suciedad del agua, mi boca estaba seca, no percibía ni un mínimo olor, y tenía la impresión que todo estaba más iluminado. No sé cómo, pero a pesar de las cosas dentro del baño¸ había mucho vacío¸ sentía mucho vacío y había cosas fuera de lugar. Esa foto. Yo. La mariposa. El agua sucia…

Mi mirada se desvío mirando lentamente lo que parecía ser la última gota de agua cayendo a la bañera; esta misma provocó el desastre: el agua comenzó a regarse por el suelo y aun así manteniéndose igual dentro de la tina. El baño era un asco, y yo seguía sin moverme…

Me rasco la cabeza saliendo del recuerdo y pongo una mueca de desagrado. ¿Qué clase de sueño es ese, joder?

Quizás se haya notado ya, pero tal vez tenga que remarcar que soy creyente.

Me gusta la idea meditar para conectar con la naturaleza, me concentro mucho si se trata de historias de terror y espíritus, siempre tengo presente que un angel me cuida ya que eso decía mamá, las personas que leen cartas y todo en ese ámbito llama mi atención, y siempre he dicho que existe la buena y mala suerte.

También me confío de lleno en mis presentimientos. Esa repentina sensación molesta en el pecho que te dice que algo va a ocurrir, ya sea tarde o temprano, pero va a ocurrir. La puta presión en el estómago que, me tiene con los sentidos a mil.

Desde que desperté estoy con eso. Le dije a Braiden y me dijo que estaba siendo algo exagerada, que no debía hacerle mucha cabeza; es lo que he tratado de hacer, sin embargo, se me hace inevitable no estar con la paranoia mirando todo alrededor pendiente de detalles.

Casi nunca me pasa, y si tengo eso suelo estar más tranquila, aunque ahora es todo lo contrario. He estado muy inquieta toda la mañana, de nuevo con un desastre de pensamientos. No siento ansiedad a menudo y ahora controlarme está siendo algo difícil.

—Tatna, ya, te vas a sentir mal luego —Sandra me quita mi quinto batido y me trago un montón de cereal del plato frente a mí—. Es solo una corazonada.

Pisando los erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora