Mario Casas conducía a toda velocidad por la carretera mientras Jesús le agarraba fuerte por la cintura. Al cabo de media hora, llegaron a una playa apartada donde no había nadie.
- Espera... ¿vendes droga? - Preguntó Jesús extrañado al ver el lugar al que habían llegado.
- ¿Qué? ¡No! Sólo te he traído a una playa bonita. - Respondió Mario.
Jesús comenzó a mirar a su alrededor. Era bonita, sí, pero seguía siendo extraño que le hubiera traído a una playa vacía y retirada. Empezó a desconfiar. Y si... Mario era... ¿un violador?, ¿o un camello?, ¿o quería matarle y vender sus órganos?
Jesús no quiso pensar más, y echó a correr, lejos de la playa, lejos de Mario. Quería buscar ayuda, llamar a Manolo, o al Señor Guillermín, o a su hermano.
- ¡Espera, Jesús! ¡No quiero hacerte daño! - Gritó Mario Casas.
En cambio, Jesús siguió corriendo. De repente, sintió que alguien le agarraba por detrás, impidiendole escapar. Era Mario.
- ¡Déjame! ¡Psicópata! ¡Socorro! - Comenzó a gritar Jesús con la esperanza de que alguien le pudiera escuchar.
- Jesús, no quiero hacerte daño... yo... lo siento, no debí haberte traído aquí, puedo llevarte de vuelta si así lo quieres.
Jesús le miró, intentando tranquilizarse a sí mismo.
- ¿De verdad? ¿Y por qué me has traído?
- Porque estabas llorando... y pensé que estarías mejor apartado de todo... Y desde que te vi, subido en tu coche, por la ventanilla, mirando a la nada, pensando en menos, supe que me iba a enamorar de ti. Quiero ser tu H de héroe.
Jesús se quedó inmóvil, mirándole a los ojos. ¿Qué estaba ocurriendo? ¡Si no se conocen apenas!
- Me insultaste llamándome feo...
- Sólo quería llamar tu atención... porque realmente me encantas, tus ojos, tu sonrisa, tus canciones...
- Espera, ¿eres gemelier? - Preguntó Jesús, interesado a la vez que sorprendido de conocer por primera vez a un fan que tuviera más de 13 años.
- Claro, Danisú es mi vida. - Sonrió Mario Casas.
Jesús se quedó embobado por esa sonrisa... es realmente guapo...
A continuación, Mario se acercó poco a poco a Jesús. Un momento, ¿qué estaba apunto de ocurrir? A caso... ¿iba a besarle?
En ese instante, justo cuando sus labios iban a rozarse, sonó el teléfono de Jesús. Era el Señor Guillermín.
- Yo... debería... contestar... - Dijo Jesús, con la mirada fija en los ojos de Mario.
- C..claro.
- ¿Señor Guillermín? - Contestó Jesús al teléfono.
- Dónde estás que te parto el pecho. - Dijo el Señor Guillermín por la otra línea.
- Yo... ya voy. - Respondió Jesús, y al instante, colgó. - Oye, Mario, ¿te importaría llevarme de vuelta a la oficina?
- Por supuesto.
Mario se subió a la moto, colocándose el casco, y Jesús se subió detrás, agarrándole aún con más fuerza que la primera vez. Mario colocó los brazos de Jesús por debajo de su chaqueta de cuero rosa, haciéndole sonrojar por el contacto de su piel, y salieron de la playa.Continuará.
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Mario Casas vente a mi casa
أدب الهواةestos son dos gemelos cantantes que se lían con Mario Casas