Al llegar a las oficinas de la discográfica, Jesús se bajó de la moto de Mario.
- Yo... bueno, debería irme, el Señor Guillermín debe de estar volviéndose loco ahí dentro. - dijo mirando fijamente a los ojos de Mario Casas.
Justo cuando se dio la vuelta, sintió que le agarraban del brazo, obligándole a girarse de nuevo.
- Dame tu número. Salgamos a tomar algo el viernes. - Los ojos de Mario brillaban como las vajillas que aparecen en los anuncios de Finish.
- Está bien. Saldré contigo, pero lo del número... te reto a que lo encuentres por ti mismo. - contestó Jesús con una sonrisa burlona, antes de salir corriendo hacia el edificio.- Me cago en tus muertos. - dijo el Señor Guillermín con rostro serio.
- Señor Guillermín, eres más pesado que un kilo de plomo. - contestó Jesús poniendo los ojos en blanco.
- Lo sé, eso es porque si pesase sólo un kilo tendría un problema.
El Señor Guillermín se fue resoplando mientras Jesús intentaba figurar el significado de su respuesta. ¿Qué habría querido decir?De repente, apareció Daniel.
- ¡Hermano! ¿Dónde has estado?
- Con el motero que nunca lleva camiseta. - sonrió para sí Jesús.
- Wow.
- Sí... hemos quedado el viernes...
En ese instante sonó el teléfono de Jesús, era un número desconocido.
- ¿Sí?
- Te echo de menos. - una voz profunda se escuchó al otro lado del aparato.
- ¡Mario! ¿Cómo has encontrado mi número?
- Busqué Gemelier en páginas amarillas. - Jesús pudo intuir la sonrisa de Mario Casas. ¡Cómo no lo había pensado! Su número está en páginas amarillas.
- Vaya, ¿qué hacemos el viernes?
- Pensé que podríamos ir al Burguer King, pero puedo mirar más sitios en la guía Michelín.
- ¡Qué romántico! Lo estoy deseando. Adiós Héroe.
- Adiós, mi danisú.Continuará.
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Mario Casas vente a mi casa
Fiksi Penggemarestos son dos gemelos cantantes que se lían con Mario Casas