Todo Empezó: Con Un día De San Valentín

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A pesar de estar en el mismo equipo, la relación entre Izuku y Shoto estaba lejos de ser amistosa en estos momentos y eso se podía ver desde lejos considerando su vieja relación.

Shoto, con su actitud reservada y distante, no se llevaba realmente bien con el resto del equipo, lo que generaba tensiones constantes dentro del grupo, y sus conpañeros lo veían como un engreido

Mientras tanto, Izuku, como capitán, se esforzaba por mantener la cohesión del equipo, pero su enfoque en hacer quedar mal a Shoto lo llevaba a descuidar las necesidades y preocupaciones de sus otros compañeros.

En el campo de juego, la tensión entre Shoto y el resto del equipo era palpable. Sus compañeros, resentidos por su actitud distante, a menudo lo excluían de las jugadas clave y lo trataban con desdén.

Por otro lado, Izuku aprovechaba esta división para minar aún más la confianza de Shoto y aumentar su propia autoridad como capitán. Cada movimiento estratégico de Izuku estaba diseñado para humillar a Shoto y reafirmar su propio poder sobre el equipo.

Mientras tanto, Shoto luchaba por encontrar su lugar en el equipo, consciente de que su relación con Izuku y el resto de sus compañeros estaba en un punto de quiebre. A pesar de todo, seguía comprometido con el objetivo común de ganar el partido, aunque fuera solo para demostrar su valía frente a todos los demás.

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Katsuki observaba el juego desde las gradas con una atención aguda. Había notado el comportamiento manipulador de Deku y no podía evitar sentir una creciente incomodidad por la situación.

Mientras el partido continuaba, la tensión en el campo de juego era palpable. Los jugadores se enfrentaban unos a otros con una determinación feroz, pero la división dentro del equipo era evidente.

Desde su posición en las gradas, Katsuki se mordía el labio inferior, luchando contra el impulso de intervenir y confrontar a Deku por sus acciones desleales. Sabía que no era parte del equipo y que su intercesión podría empeorar las cosas, pero la sensación de injusticia lo consumía.

Con una mirada feroz en sus ojos, Katsuki se comprometió a seguir de cerca el desarrollo del juego y buscar una oportunidad para intervenir de manera efectiva si la situación lo requería

No permitiría que la manipulación de Deku arruinara el espíritu competitivo del juego

Desde las gradas, Katsuki observaba la situación con creciente incomodidad. Se giró hacia sus amigos Kirishima y Denki, quienes estaban a su lado, compartiendo su preocupación por lo que estaba sucediendo en el campo.

- ¿Lo están viendo? - dijo Katsuki, su voz cargada de frustración. - Deku está sacando su lado más retorcido de nuevo. Esto no va a acabar bien si no hacemos algo al respecto.

Kirishima frunció el ceño, mirando fijamente el juego con expresión preocupada

- Sí, definitivamente hay algo raro pasando ahí abajo - respondió. - No puedo creer que Izuku esté actuando de esta manera. Siempre pensé que era un buen líder, pero esto es demasiado.

Denki asintió, su ceño fruncido en concierto con los demás

- Es como si estuviera más preocupado por humillar a Shoto que por ganar el partido -  comentó - Y eso está afectando a todo el equipo. La dinámica está totalmente fuera de control.

Katsuki apretó los puños, sintiendo la urgencia de intervenir

- Tenemos que hacer algo- dijo con determinación - No podemos permitir que Deku arruine todo lo que hemos construido como equipo. Vamos a bajar ahí y hablar con ellos. Tal vez puedan escuchar la razón si se la decimos nosotros.

Los tres se miraron y luego volvieron a poner su mirada en la cancha expectantes,