Gracias por compartir un ratito de tu vida conmigo.
Gracias por estar en mis peores momentos, por sacarme de esa oscuridad que me ahogaba y me consumía, te agradezco por hacerme sonreír de nuevo. La lus volvió a mis ojos , ya no me sentía sola y no lo estaba.
Ya no estás, pero igual conservo esos recuerdos en donde volví a creer, a soñar y a vivir.
Hoy no pero con el tiempo Dios nos mostrará si debemos estar o no juntos. A lo mejor no éramos nosotros sino el momento equivocado.