Capítulo 2: La nueva vida

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Tras cerrar la puerta, Kyle permaneció de rodillas. Olivia se paró frente a él y le miró con lujuria.

- Bien, esclavito, te voy a presentar las reglas de la nueva vida que te espera. Serán como mandamientos para ti, ya que te los dicta tu diosa, es decir, yo. - Esta última parte la dijo con cierto recochineo y aires de superioridad mientras levantaba el mentón del chico con su pie. Su cara era un poema, se le veía totalmente entregado a su placer más bajo, la sumisión. Al notar el pie de la chica en su mentón, le dirigió una mirada inocente.

- Sí, mi Diosa Olivia. - Contestó. Ella formó una mueca de complacencia.

- Quiero que con cada regla que diga, me beses los pies y digas "Sí Diosa Olivia, gracias Diosa Olivia". En primer lugar, vas a venirte a vivir aquí, a este piso. Vas a ser mi esclavo y quiero tenerte aquí para usarte cuando me de la gana, así que es lo mejor. - Dijo para luego ver cómo Kyle obedecía su mandato diciendo lo ordenado tras besar sus pies.

- En segundo lugar, no podrás negarte a nada. Eres un esclavo, ya no somos novios, no esperes que te trate como a una persona, vas a ser mi mascota. - De nuevo, Kyle besó sus pies y repitió la frase.

- En tercer lugar, cuando estés en casa, debes estar desnudo. Los esclavos no tienen por qué tener ropa. Si salimos no queda otro remedio, tampoco quiero que te detengan por exhibicionismo, pero en casa nada de nada. Ni por mucho frío que haga. - Kyle hizo de nuevo el mismo procedimiento, además de desnudarse bajo orden de Olivia.

- En cuarto lugar, debes tener mi desayuno preparado todos los días y despertarme adorando mis pies. Así como en el almuerzo y la cena, yo comeré mientras los adoras y luego tú te comerás las sobras. - Kyle hizo lo suyo.

- En quinto lugar, por supuesto, no puedes tocarte. Estás aquí para darme placer a mi, tú no importas. - De nuevo Kyle con su orden.

- Bien, de momento eso es suficiente. Ahora vamos a prepararte. - Dijo mientras iba a su habitación. Tras un minuto, apareció de vuelta con una bolsa. Kyle seguía de rodillas, su miembro estaba totalmente erecto y goteando.

Olivia sacó de la bolsa un par de esposas y se las colocó en los tobillos y muñecas a Kyle. Ahora tenía los pies atados y las manos también, detrás de la espalda. Luego sacó un collar y una correa y también se lo puso. Finalmente, sacó una mordaza de aro, que al ponérsela causó que Kyle no pudiera cerrar su boca, solo mover su lengua en ella, abierta de forma permanente e involuntaria.

- Vamos, esclavo. - Dijo mientras tiraba de la correa y caminaba hacia el sillón. Kyle movía las rodillas de forma desesperada para no caer, ya que al tener las manos atadas a la espalda no podía usarlas. Al final consiguió mantenerse de camino al sofá, donde Olivia se sentó y comenzó a quitarse los zapatos. - Lame, lame como si te fuera la vida en ello, cerdo. - Sentenció tajante tirando de la correa mientras ponía sus pies en la cara del chico y empujaba un poco.

Kyle, sin poder cerrar la boca siquiera, movía la lengua desesperadamente, intentando lamer cada parte de los pies que se hundían en su cara. Se manchaba de su propia saliva, pero le daba igual, sólo estaba concentrado en esos fantásticos pies, los pies de su Diosa. Su miembro palpitaba.

Esta escena se prolongó durante media hora, hasta que Olivia se aburrió. Separó los pies de su cara, sacando los dedos de su pie izquierdo de su boca, ya que se los había metido. - Eres patético. - Dijo, para luego bajar sus bragas y pegar su entrepierna a la cara de Kyle. - Lame esto ahora. A ver si con la lengua eres capaz de dar el placer que con tu pollita no.

Kyle lamió y lamió. Olivia dejaba oír varios gemidos de placer. En cuestión de veinte minutos, todos los fluidos que la chica soltó se dirigieron a la boca y cara del chico. - Pues sí que sirves para algo, mira. - Añadió entre leves jadeos. Empujó para atrás a Kyle con su pie y se levantó, fue al baño y cerró la puerta.

Kyle estaba de rodillas, atado de pies y manos, desnudo, con un collar y una mordaza, empapado en fluidos y saliva. Su miembro palpitaba hasta el punto de dolerle por la erección continua, pero no podía hacer nada. Olivia lo había atado con las manos en la espalda por si se atrevía a desobedecerla.

Unos minutos más tarde, Olivia salió del baño. Se había duchado. Sólo llevaba puesta la ropa interior, estaba preciosa. Fue hasta Kyle y le asestó una leve patada en la entrepierna. A pesar de no haberle dado con fuerza, Kyle se dobló. - Qué asco das, salido como un mono con esa pena erecta todo el rato. - dijo molesta y le dio otra patada, esta vez un pelín más fuerte.

Kyle no sabe muy bien el por qué, pero en el momento en el que recibió la patada, un chorro de semen salió a propulsión de su miembro. Se había corrido sin tocarse. Levantó levemente la mirada y vio la cara de furia de Olivia. - ERES UN PUTO ASQUEROSO. - Gritó colérica al ver el semen en el suelo y en su pie. Lo agarró del pelo y lo restregó contra su pie. - LÍMPIALO INÚTIL. - Decía mientras tanto.

Kyle lamió su propio semen, limpiando el pie de Olivia y luego el del suelo. - Dios, qué puto asco. Acababa de ducharme. - Dijo Olivia molesta. Kyle intentó articular palabra, pero fue imposible por la mordaza. Ella se la quitó. - ¿Qué coño quieres decir? - Preguntó.

- Lo siento mucho, Diosa Olivia. - Dijo cabizbajo. Las comisuras de sus labios le dolían, por fin podía cerrar la boca. Olivia desató las manos y los pies del chico y le dejó el collar.

- Vete al baño, límpiate con agua fría, tú no puedes usar el agua caliente, y prepara la cena. Mañana te castigaré por ser un esclavo estúpido. - Sentenció con algo de enfado aún en su tono.

- Sí, Diosa Olivia, gracias Diosa Olivia. - Contestó Kyle quien se duchó con recelo, ya que el agua estaba congelada y luego preparó la cena.

La noche discurrió de manera que Olivia cenaba mientras Kyle adoraba sus pies. Luego, ella escupió en un vaso con agua y en las sobras de su cena. - Come, perro. - Dijo dejando ambas cosas en el suelo. Kyle comió y bebió, agradeció a su dueña por dejarle comer y se quedó como reposapiés de la chica mientras ella veía una serie.

Una vez llegada la hora de acostarse, Olivia tomó la correa y arrastró a Kyle a su cuarto. - Recuerda, mañana el desayuno hecho y me despiertas adorando mis pies. Créeme que no quieres añadir castigos a la lista que ya tienes.

- Sí, Diosa Olivia, gracias por todo, Diosa Olivia, buenas noches.

- Buenas noches, esclavo. - Respondió empujando la cara del chico con su pie y acostándose. Kyle por su parte se quedó en el suelo junto a la cama, donde durmió. Ese había sido su primer día como esclavo de su exnovia.

Nota del autor

En este segundo capítulo ya hay muchas más escenas +18, espero que lo hayas disfrutado. A lo largo de la semana seguramente vaya añadiendo capítulos, a Kyle aún le quedan muchas cosas que hacer para complacer a Olivia. Gracias por leer y ten un lindo día / noche. 💕

A los pies de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora