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La idea de volver a estudiar me llego y al hablarlo con mis padres ellos me aseguraron una ayuda extra para que pudiese estudiar y seguir viviendo aquí.
Mire en todas las universidades buscando esa carrera que me había llamado tanto la atención, siendo esta Licenciada en Derecho.
No tuve que buscar mucho, comencé con el papeleo para inscribirme y al hacerlo me acerque a mi trabajo.
Camine hasta el gimnasio y al entrar mire a Maria en el puesto de recepcionista, esto me trajo un deja vu.
-. Hola, ¿esta el jefe?-. Pregunté y ella asintió sonriente.
Camine hasta su oficina y al entrar el estaba ahí, mirando unos papeles.
-. Buenas, quería hablar con usted sobre mi renuncia -. Hable y el me presto atención.
-.¿Renuncia?¿Ya nos vas a dejar?
-. Lo que pasa es que quiero estudiar, y la verdad me quiero enfocar solo en eso -. Expliqué.
Paso alrededor de media hora cuando salí con una comisión por haber trabajado ahí por tanto tiempo, mire a Maria y me acerque para despedirme.
Me despedí de ella con cariño y al voltear hacia adentro para buscar a Leon, sentí como era alzada siendo tomada por la cintura.
Al ser bajada me gire sonriendo a Leon, comenzamos una plática entre los tres, donde les pedí que no se olvidarán de mi y que podían visitarme cuando quisieran.
Sentí la mirada de alguien encima y al mirar hacia esa dirección la mirada seria de Belcast me recibió.
Tenía toda una semana sin verlo, ya que no había trabajado por el hecho de que era mi descanso y a él pareció no importarle si me veía o no.
Ya que no respondía ninguno de mis mensajes. Lo observe caminar hacia nosotros y como le pidió sus llaves a Maria.
Cuando volvió con todas su cosas me tomo de la mano jalandome a la salida, me despedí como pude de Leo y Maria.
Intente que me soltara y no lo hizo, podía sentir como apretaba más su agarre conforme intentaba soltarme.
-. Carlos -. Nombre y este me ignoro, jale mi mano para que me soltara -.¡Carlos, me lastimas!-. Grité y este me soltó.
Me miró molesto y rodó los ojos caminando hacia el auto, no la pensé y me di la vuelta para irme a mi casa.
Sobe mi mano intentando quitar el dolor que me dejó Belcast al apretarla tanto.
Sentí como me jalaron del brazo con fuerza -. Tú te vas conmigo.¿entiendes?-. Preguntó molesto -.¿O que?¿te vas a ir con Leonardo?
Intente que me soltara pero comenzó a dar jalones a mi brazo, sentía ese dolor punzante.
-. Carlos, basta me duele -. Dije dolida.
-. No me respondes. ¿O sea que si te iras con ese pendejo?-. Jaloneo una vez más mi brazo.
-. No, no es así -. Intenté soltarme -. Pero tampoco quiero irme contigo.
La discusión siguió y por más que intentaba soltarme no lo lograba, mire como las puertas de vidrio fueron abiertas y como Sebas y Tavo salían.
-.¡Ey, cabron ya suéltala!-. Grito Tavo.
Mire como Sebas puso su mano sobre el brazo que me sostenía de Belcast, este parecía no ceder pero cuando Maria y Lola salieron me soltó.
Maria me tomo del brazo jalandome hacia el auto de Leonardo, este abrió la puerta de su auto dejándome entrar pero antes de que esta se cerrará el grito de Belcast se escucho.
-.¡Lo ves, siempre está Leonardo antes que yo!-. Grito y negué, la puerta se cerró y Leonardo condujo hasta mi casa.
Sentía dolor en mi brazo y mano, pero me dolía más el corazón al saber que la persona que amo podía dañarme.
Llegamos y baje, entre a mi casa ignorando la presencia de Leonardo.
Me metí a bañar, lágrimas bajaban de mis ojos.
¿Todo estaba bien, que paso?
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