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Caminaba hacia mi trabajo, la mañana era tranquila y podía observar como los niños iban a la escuela cerca de mi colonia.
Mire el cartel del gimnasio y apure mi camino, ya que faltaban 5 minutos para mi hora de llegada.
Entre y como de costumbre estaba ahí Leonardo junto a Maria, saludé a ambos y con una sonrisa mi día de trabajo comenzó.
Limpie un poco el polvo que se había acumulado estos días y la risa de alguien muy característico se escucho. Alcé mi rostro y me encontré con la mirada penetrante de Paola Espinoza, más conocida como Lola.
La mire acomodarse el escote y acercarse a mi con una mirada retadora -. Acabaré contigo, ya lo hice una vez y contigo será más fácil -. Mi ceño se frunció y alejo de mi para ir directo a las máquinas.
¿A que se refería?
Observe como Belcast entraba junto a Sebas ambos iban riendo pero el segundo llevaba una cámara.
-.¡Beru!-. Saludó Sebas quien me había puesto ese apodo.
-.¡Sebi!-. Saludé agachandome, al levantarme le aventé sus llaves y el las cacho en el aire.
Después de eso me levanté de mi silla y me estire sobre el escritorio para plantarle un beso en los labios a Belcast, pero el giro su rostro obligándome a dárselo en la mejilla derecha.
Mi ceño se frunció -.¿Que pasa?¿estas enojado?-. Pregunté para asegurarme que nada estuviera tan mal en nuestra relación como para que se negara a besarme.
-. Nada de eso, pero pues no me gusta mucho andar dando muestras de afecto en la calle -. Respondio y me sonrió a medias.
-. Entiendo -. Le sonreí y deje sus llaves sobre el escritorio.
Lo mire adentrarse al gimnasio y suspire, sentí la mirada de alguien encima y era Lola.
Rodé los ojos cuando la mire caminar hacía Belcast, su amenaza resonó en mi memoria pero lo ignore apenas un nuevo chico llegaba.
Le saludé como de costumbre.
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Salí del trabajo y comencé a caminar hacia a mi casa, mire detrás de mi para evitar que alguien me siguiera.
Al hacerlo observe como Leonardo corría en mi dirección, me detuve para esperarlo -. Bere, quería pedirte un favor -. Asentí a sus palabras.
-. Por supuesto, solo dime.
-. Aléjate de Belcast, te lo digo muy enserió -. Mi ceño se frunció -. Lo conozco desde hace mucho, se lo que te digo.
Me gire ignorando sus palabras y camine de manera rápida, quería llegar a mi casa ya.
Mi cabeza daba muchas vueltas en las palabras que Leo me había dicho y en la tonta amenaza de Lola.
Y como si toda fuera una broma ambos iniciaban con L.
Suspire y tome mi celular, tendría que llamar a la persona que me conocía más que yo misma.
-. Lucía, tengo algo que contarte -. Solo basto eso para que ella colgara y 20 minutos después sonará el timbre.
Estábamos sobre el sofá, le conté todo a detalle y ella lo analizo. Mire como su ceño se frunció al mencionar aquella vez que Lola me golpeo.
-.¿Que le pasa a la maldita?-. Preguntó molesta -. Mira ese puede estar muy fuerte y lo que quieras, pero nomas te hace algo y me lo madreo.
-. No se que pensar, todo es muy raro -. Suspire -. Creo que envolverme con él fue una mala idea.
-. Ay, prima -. Me abrazó y sentí una lagrima bajar por mi mejilla.
Me separe de ella sintiéndome segura, una pijamada comenzó.
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