Family ||Era Merodeadores||

3. ¿Qué pasó?

Sentía mi cuerpo demasiado pesado, y estaba demasiado cansada, pero empecé a escuchar algunas voces que me impedían poder seguir durmiendo.

Intenté abrir los ojos, pero no tuve éxito y por mucho que lo intentara era algo imposible, o al menos en estos momentos. El caso es que necesitaba despertarme, pero no podía.

—Mary, ¿cuánto tiempo crees que seguirá así? —pude distinguir la voz de Marlene, estaba preocupada y se le notaba bastante cansada. 

¿Se había quedado despierta toda la noche? ¿Acaso Sirius no podía llevársela a casa a descansar?

—No lo sé, todo esto para ella ha sido demasiado fuerte y fue mucho de golpe Marlene. Ya se lo dije a Remus, debemos esperar porque mucho no podemos hacer por ella. Tal vez lo único que necesite es descansar un poco y ya cuando este bien despertara y le explicaremos todo con calma.

Escuché como Marlene soltaba un pequeño suspiro.

—Bien —ella susurró y sentí como alguien tomaba mi mano, estaba segura de que se trataba de Marlene—. ¿Volviste hablar con Remus?

—No.

—No es justo que los niños se queden sin padres. James murió, Lily también, Remus desaparecido, Sirius encarcelado y los niños esperando que vuelvan —¿qué? ¿Cómo que Sirius encarcelado? ¿Remus se fue?

No entendía nada y quería despertar para que me explicaran de una vez que es lo que estaba pasando, porque no entendía nada y había dos niños esa noche. Necesitaba explicaciones, sin importar que pudieran afectarme y dejarme de nuevo en este estado.

—No puedo creer que los padres de Leah fueran así —habló Mary, ¿mis padres? ¿Por qué estaba hablando de ellos?

—No los quiero ver cerca ni de los niños ni de ella. Bastante sufrirá ella cuando sepa la verdad y es algo que no quiero ni imaginar. No entiendo como pudieron hacerle eso Mary, ella merecía estar con nosotros y con James.

—Marlene, esa ya no es decisión tuya. La única que puede decidirlo es Leah, así que dejemos que despierte y veamos como esta. Ya más adelante tendremos tiempo para pensar y para que ella lo haga.

No escuché nada más, pero yo seguía intentando abrir los ojos, aunque fuera un poco, para hacerme notar, pero era algo realmente imposible y no sabía que más hacer para que se dieran cuenta de que podía escuchar todo.

¿Cómo podía hacerles ver que podía escuchar?

Intenté mover mis manos, pero también era algo imposible de hacer. Por mucho que quisiera mover mis dedos era demasiado difícil y comenzaba a frustrarme por ello. 

La puerta volvió a abrirse y no estaba muy segura si era porque alguien más entraba o alguna de las dos había salido.

—¿Sabes algo de Sirius? —pude escuchar la voz preocupada de Marlene. ¿Qué había pasado con Sirius?

No supe nada de él y ni siquiera sabía a donde había ido.

—No me dejan verlo y no quieren saber nada más del tema —habló Remus.

—Tendré que ir yo, porque no pueden mandarlo a Azkaban, sabemos que fue Peter después de todo y pueden mirar en sus recuerdos y en los míos también. Porque Peter era el maldito traidor que nos traicionó a todos, y en especial a James y Leah. Por culpa suya las cosas están como están y no es justo que mi marido lo pague.

¿Qué?

¿Peter nos había traicionado?

Eso no podía ser posible, no podía, me negaba a creerlo.