CAPITULO 11 -EL RALLY-

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30 DE SEPTIEMBRE DEL 2009

AFUERAS DE HOGWARTS 4:30 PM

El sol comenzaba a descender a las afueras del cielo de Hogwarts, bañando los terrenos con tonos dorados y sombras alargadas. A las 4:30 de la tarde, un grupo animado de 15 estudiantes se había congregado en una valla circular improvisada en uno de los espacios abiertos cerca del lago.

En el centro de la valla, seis estudiantes de diferentes casas, entre ellos Teo Spellshade de Hufflepuff, su hermana Eleanor Spellshade, también de Hufflepuff, e Iludore de Slytherin, se movían con agilidad, sus ojos fijos en el pequeño ser peludo que rebotaba y esquivaba con sorprendente rapidez. El puffskein, con su pelaje suave y esponjoso, emitía pequeños sonidos que aumentaban la diversión del evento.

Los espectadores alrededor de la valla, reunidos en una mezcla de túnicas de colores representando a todas las casas, lanzaban porras y ánimos a sus favoritos. "¡Vamos, Teo, tú puedes!" y "¡Eleanor, por allí!", se mezclaban con los consejos y estrategias gritadas por estos mismos ideando estrategias. La atmósfera estaba cargada de emoción y camaradería, un reflejo de la comunidad estudiantil unida por el espíritu competitivo y el amor por las criaturas mágicas.

Iludore, con determinación brillando en sus ojos, dio un ágil salto hacia el puffskein, solo para ver cómo la criatura, con una agilidad sorprendente, evadía su intento con un salto aún más impresionante. La inercia llevó a Iludore a caer entre un lecho de flores, aterrizando con un suave crujido entre los pétalos.

—Ojalá pudiera usar magia en este reto —murmuró Iludore, intentando desenredarse de las flores y recuperar su compostura.

En ese momento, una mano se extendió hacia él en señal de ayuda. Iludore la aceptó con gratitud, encontrando el apoyo firme de su primo.

—Gracias, Teo —dijo Iludore, regalándole una sonrisa a su primo, quien le devolvió el gesto con igual calidez.

—Ese pequeño es escurridizo, eh? —comentó Teo, observando cómo el puffskein eludía hábilmente a un par de chicos de Gryffindor en un nuevo intento de captura.

—Sí, pero tengo un plan —respondió Iludore, su mirada centelleante de astucia encontrándose con la de Teo. Entre ellos, un entendimiento tácito se forjó al instante.

Mientras tanto, Eleanor, la prima de Iludore, intentaba suerte con el puffskein, pero la criatura, con una destreza digna de un acróbata, la esquivaba sin esfuerzo. Iludore, ahora con el rostro adornado por manchas de lodo y mechones de cabello cubiertos de tierra, emergió de pronto frente al puffskein, levantando los brazos como señal de desafío. La criatura, sorprendida y quizá un poco intimidada por la repentina aparición, se detuvo en seco eh intento eludirlo yendo dirección contraria, solo para encontrarse con Teo, quien, embarrado y resuelto, replicaba la estrategia de Iludore.

En un momento de confusión para el puffskein, Eleanor aprovechó su oportunidad. Con un salto certero, sus manos cerraron el espacio, capturando al escurridizo ser entre sus dedos.

—Un punto de Rally para Hufflepuff! —exclamó un estudiante de séptimo año, anotando el logro en una hoja flotante que permanecía suspendida en el aire a su lado.

Iludore, Teo y Eleanor se reunieron para un efusivo choque de palmas, celebrando su triunfo en equipo. Eleanor, con cuidado, se acercó a un profesor para entregarle la criatura mágica, asegurándose de que estuviera bien después de su emocionante persecución.

Desde el otro lado de la valla circular, que servía como límite para la competencia del rally, Coco observaba atentamente el desarrollo de la actividad. A pesar de la distancia física, su atención estaba completamente fijada en Iludore, especialmente después de su destacada participación en la captura del puffskein. La emoción y el orgullo que sentía se reflejaban en la calidez de sus ojos celestes, aunque una parte de ella deseaba haber estado allí, junto a él, compartiendo directamente el triunfo.

Iludore en Hogwarts [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora