Parte 13 La bruja de la sangre negra

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Chrona aún no había despertado.

Habían pasado doce días. Todo en la ciudad estaba tomando su rumbo de nuevo, volviendo a su normalidad, las reparaciones habían sido echas, los muertos velados y los técnicos heridos ya habían sido tratados. La historia oficial que se había contado a todos es que aquella bruja renegada había venido sin más a matar algunos técnicos del Shibusen y había emitido mucha locura lo que los había tomado por sorpresa y que los había afectado a todos, ella era un potencial Kishing que había sido eliminado con éxito por el equipo Espartoi allí presente, Kid-Shinigami-sama no pudo detectarla a tiempo por su Soul protec único, pero que ya no volvería a pasar.

-Ragnarok, es hora de comer- lo llamo Maka al pequeño, como siempre, no acudió al primer, ni segundo ni tercer llamado por su parte, así que ella fue a buscarlo.

Ragnarok, como siempre estaba sentado junto a la cama de Chrona, viéndola con ojos idos y vacíos, sentado en una posición un poco incomoda, agarrando sus rodillas contra su pecho. Maka le toco el hombro para advertirle que estaba allí, él no la miro

-ya voy- dijo solamente, y a Maka le dolió una vez más verlo así, ella miro a su durmiente amiga y rezo para que despertara pronto. Ragnarok ya no era el mismo sin Chrona, pues su característico tono, su sonrisa y sus gritos se habían ido, se había apagado junto a su técnica, el mismo le había dicho una vez que si ella no despertaba nunca, el se acostaría junto a ella a dormir, pues eran uno solo y si uno moría, lo hacían los dos. Eso había conmovido mucho a Maka, al punto de romperle el corazón y llegar a querer mucho al pequeño.

Caminaron en silencio por el pasillo del Shibusen hasta la sala de profesores, donde Maka, Marie y Haru se sentaban normalmente a comer con el pequeño

-Hola Ragnarok- lo saludo Marie cuando entraron, como siempre ella estaba preparando todo y se podía ver a Haru sentado en el suelo cerca de ella jugando con unos bloques de colores

-hola- respondió el sin muchas ganas, a Marie tampoco le gustaba ver al pequeño así de apagado, por lo que siempre le hablaba animadamente y trataba de animarlo, pero nunca daba resultado.

Se sentaron a comer y Marie se puso a hablar con Maka sobre algunos estudiantes, pruebas y notas, mientras que Ragnarok comía junto al pequeño Haru, con el cual ya no se llevaban tan mal como antes, o mejor dicho, Ragnarok ya no le importaba nada de lo que dijese, eso al principio no le había molestado al pequeño niño, pero con los días, Haru con su gran corazón se sintió mal por el arma demoníaca comprendiendo su dolor, el también quería ver despertar a Chrona, supuso que el lazo que tenían Chrona y la espada, era como el que el tenía con su madre y se sintió muy triste con Ragnarock. Terminaron de comer y Ragnarok fue obligado a esperar al menos una hora para volver al cuarto de su técnica, por lo que se sentó en uno de los sofás que había allí y espero.

-Ranarock- lo llamo Haru, pues aun no aprendía a pronunciar bien su nombre, él lo miro sin mucho interés -ten- le dijo dándole uno de sus cubos de colores, intentarlo animarlo. El tomo el cubo y lo sostuvo sin mirarlo, aun perdido en sus pensamientos, Haru no supo que hacer, por lo que se subió al sofá y se sentó junto a Ragnarok, al menos, podría hacerle compañía hasta que se fuera.

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-¿cómo esta ella?- pregunto Kid-Shinigami-sama a Stein, no hacía falta ni que dijera su nombre, pues ya sabían de quien hablaban, había preguntado lo mismo cada día, y cada día la respuesta era la misma. En ese momento estaban en la Death Room, Stein le había traído unos informes que el ya había completado y el Shinigami habia aprovechado

-igual que siempre- dijo el -estable- Stein acomodo los papeles en sus manos-no ha habido ningún cambio en ella, sus heridas terminaron de cerrarse hace días- dijo el deseando poder comprobar si aún había veneno en su sangre, pero sabiendo que con su sangre negra era imposible siquiera hacer un simple experimento -así que no sabemos por qué no despierta, o si lo hará-

La luna negra de ChronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora