¡Mommy Angel!

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Little Vox Space

Vox ha estado con Valentino en su camerino desde hace un rato. Pero lo único que escucho es a Vox llorar y a Valentino regañarlo por quitarle el tiempo.

No entiendo cómo puedes tratar así a alguien que se supone que confió en ti para decirte algo tan íntimo cómo que se siente pequeño de vez en cuando y tú te aproveches de esa situación.

Finalmente Valentino sale, se ve realmente molesto, refunfuña y habla entre dientes mientras camina hacia algún otro lado, supongo que va por algo de beber.

Me acerco al camerino de Valentino y veo al pequeño Vox de pie, llorando en medio de la habitación, con su chupón en la boca. Está asustado, se abraza así mismo cómo una forma de consuelo.

No puedo dejarlo así, me acerco a él y lo abrazo dándole palmaditas en la espalda.

—Ya, ya, bebé, ya pasó...

Él sigue llorando pero termina por corresponder mi abrazo.

Me siento en la orilla de la cama para poder cargar a Vox sobre mi regazo y arrullarlo.

—¿Qué pasa, pequeño? ¿Por qué estás tan asustado?

—El chico pez sabe de mi espacio seguro...

Ahora comprendo, Valentino está furioso porque vieron a Vox en su little space. Pero no creo que sea la manera de resolverlo, Vox incluso está temblando...

—¿Qué te dijo Val?

Vox se queda en silencio un momento y solo rompe más en llanto escondiendo su cara en mi pecho.

—Ya bebé, por favor, no llores, no quieres que Valentino se enoje más si te escuchan, ¿Verdad?

Él niega, intentando calmarse.

Después de unos 5 minutos más arrullandolo, Vox por fin se calma, pero sigue triste.

—¿Tienes algún peluche?

Vox niega.

—¿Te gustan los peluches?

Vox asiente.

—¿Quieres que te preste uno mientras te sientes mejor?

Vox piensa un poco y asiente. Él se levanta y mientras agacha la cabeza, estira su mano para que la tome. Quiere que lo lleve de la mano a mi cuarto, supongo por que siente que se perderá.

Vox es muy tierno en su little space.

Llegamos a mi cuarto y lo dejo sentado en mi cama para que juegue un poco con los peluches.

Busco entre mis cosas y le muestro algunos artículos para bebés que tenía guardados; algunos muñecos, hojas y lápices de colores, incluso cubos de figuras y letras.

—¿Con qué quieres jugar?

Vox no sabe que responder así que solo abraza el osito que encontró en mi cama.

—... Comprendo...

Dejó las cosas y voy con él. Lo vuelvo a tomar en mis brazos sentandome en mi cama.

—¿Tienes miedo de Val?

Él desvía la mirada y asiente.

—¿Entonces por qué lo aceptaste cómo tú cuidador?

—... Por qué nadie más me quiere...

Me quedo estupefacto por un momento y le tomo el rostro acomodandolo sobre mi hombro.

—Oh bebé, no es cierto, no pienses que nadie más te puede querer...

Él vuelve a sollozar y con la voz quebrada me dice:

—Él está enojado conmigo...

De verdad le importa lo que piense Valentino...

—Mira, hablaremos con tu asistente y con Val, no hay nada que algo de dinero o un buen susto no puedan reparar, ¿Si? Pero ya no llores pequeño...

Acaricio sus brazos y luego su espalda.

—Gracias Angel...

Sonrío y le beso un poco la pantalla dónde debería estar su mejilla.

—De nada pequeño...

¡Mommy Angel! [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora