𝗟𝗘𝗗 | arroyo

Epílogo ; craig y tweek

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Habían pasado unos 6 meses desde que Craig y Tweek hablaron por primera vez, desde ese momento los chicos hablaron todos los días. Tweek ya no tenía ese vacío de soledad, no desde que Craig le presentó a sus amigos, los mayores se encariñaron muchísimo con el menor, lo protegían y lo cuidaban como a un bebé, eso hacía que Tweek se sintiera amado.
¿Y qué hay de su autoestima? Craig siempre le recordaba al menor lo hermoso, precioso, bonito e inteligente que era, no había un solo día en que no se lo dijera. Eso hizo que Tweek se valorara más a sí mismo.

Las notas de Tweek mejoraban cada vez más puesto que contaba con la ayuda del mayor, aunque no lo pareciera, Craig era increíblemente inteligente.

Parecían una pareja realmente hermosa pero lo cierto es que aún ni siquiera habían tenido su primera cita, querían tomarse el tiempo necesario para conocerse, aunque si algún día alguno de los dos le pedía salir al otro, la respuesta ya estaba clara.

Habían organizado una cita, su primera cita, se encontraron en un restaurante que estaba por el centro.

— Cariño, ¿ya estás listo?—no era una sorpresa para nadie que cada uno pasara gran parte de su tiempo en el apartamento del otro, Craig llamó al menor desde el baño, estaba poniéndose gomina, hoy quería intentar algo nuevo probando a peinarse Hacia atrás, le quedaba verdaderamente bien.

— ¡Sí, aquí estoy!—el rubio se acercó al marco de la puerta del baño, dejando al mayor boquiabierto. Tweek se había puesto unos jeans negros y una camisa blanca junto con un jersey sin mangas. La adoración nunca podía faltar en Tweek.

—Ay, Cariño. ¡Ven aquí!—el mayor apretaba los mofletes del menor, Tweek tan solo se dejaba por ser Craig quién se lo hacía.

Una vez le soltó, habló.— Hala, Craig. ¡Estás muy guapo!— siempre había tenido amor por ese tipo de peinados.

— Lo sé.—Craig se llevó dos dedos a su mandíbula, haciendo una pose. Tweek le dio un pequeño golpecito en el hombro al mayor.

— ¡No vaciles de tu belleza frente a mí!—Tweek hizo un puchero a lo que Craig rio acariciándole el pelo, haciendo que el menor se sonrojara.

—Cariño.

— ¿Sí?

— ...¿Puedo besarte?—Craig se fue acercando lentamente al menor, pero este le detuvo.

— P-Pero, Craig... Habíamos dicho que los besos los aplazaríamos hasta que saliéramos oficialmente cómo pareja.—Tweek se lo pensó por unos segundos al ver los ojos de cachorrito que había puesto su amado.—...Pero solo uno , ¡y pequeñito!

Craig sonoro alegremente como un perrito al que le acababan de dar un premio.

Puso sus manos en la mandíbula del contrario, acorralando poco a poco al menor en la pared de aquel baño. Tweek cerró sus ojos esperando a que el toque de sus labios con los del mayor se hiciera presente y, al sentirlo, no supo qué hacer.

Tweek soltó un pequeño gemido cuando Craig intentó introducir su lengua en su cavidad bucal, parando el beso.

— E-Espera, Craig... Se suponía que iba a ser un beso pequeño...

— Shh, déjate llevar.—El mayor volvió nuevamente a besar al menor, comenzando una guerra de lenguas.

Tweek temblaba, hasta que Craig puso su rodilla entre sus piernas para que se apoyara.