7. Descubriendo Algunas Verdades

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Ahora comprendía porque no me había buscado, ya tenía a alguien más en su vida, que estúpida fui al pensar que era diferente a las demás. No sabría de la sociedad, pero la razón por la que acudía a mí era la misma que la de todas, cumplir sus fantasías y yo de imbécil mandándola investigar.

Moví la cabeza y me llevé ahí mis manos, tenía ganas de salir del auto y golpear al individuo ese, pero no podía, yo no era nadie en su vida, sólo le calentaba la cama y ni sabía mi nombre. Esperé a que se marcharan y arranqué a toda velocidad rumbo a mi departamento decidida a olvidarme de ella. No merecía ninguno de mis pensamientos, ni de desprecio siquiera.

El viernes se pasó volando ya que tuve mucho trabajo, tenía que dejar todo listo porque haría un pequeño viaje de negocios y no me gustaba que quedaran cosas pendientes

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El viernes se pasó volando ya que tuve mucho trabajo, tenía que dejar todo listo porque haría un pequeño viaje de negocios y no me gustaba que quedaran cosas pendientes. Naeyeon me llamó para invitarme a un bar, era cumpleaños de una de sus amigas y acepté, justo era lo que necesitaba para relajarme y olvidarme de la agobiante semana que había tenido.

Llegué poco después de las ocho, saludé a Naeyeon y me presentó a quienes no conocía, era un grupo como de doce personas, incluida ella. Me senté a su lado y pedí un tequila, necesitaba algo fuerte, cuando me lo llevaron me lo bebí de un sólo trago y pedí otro que me bebí de igual forma. Naeyeon me miró extrañada, pero yo me encogí de hombros y giré mi cabeza para inspeccionar el lugar.

La música sonaba a todo volumen y varias personas bailaban, en su mayoría chicas. Me tomé el siguiente tequila y pedí uno más, en eso me di cuenta que una hermosa chica me miraba jugando sensualmente con el popote de su bebida, yo me lamí los labios y le guiñé un ojo, ella sonrió, dejó el vaso y se levantó de la silla, yo también me levanté hipnotizada por su belleza, sentí que Naeyeon me jaló de la mano, pero yo me solté.

Caminé al centro de la pista y me encontré con la chica, llevaba una blusa que le llegaba arriba del ombligo, cruzada y amarrada por el cuello, dejando sus hombros y su espalda al descubierto, el pantalón ceñido a la altura de la cadera y zapatos de plataforma, el cabello oscuro llegaba a la altura de sus hombros, no distinguí muy bien el color de sus ojos por la media oscuridad que había, pero lo que sí distinguí perfectamente fue el fuego en ellos.

Puso sus manos sobre mis hombros y empezó a bailarme sensualmente contoneándose al tiempo que pegaba su cuerpo al mío, sentí sus senos sobre los míos y me di cuenta que no llevaba sostén, había salido a cazar y definitivamente había encontrado a su presa.

Puse mi mano alrededor de su cintura tocando su piel desnuda y la atrajé más hacia mi cuerpo y empecé a moverme junto con ella al ritmo de la canción que se escuchaba, nuestros rostros estaban muy cercanos, su sonrisa enmarcaba su rostro. Acorté la distancia para besarla, pero ella echó su cabeza hacia atrás impidiéndomelo y se giró, se agachó y pegó su trasero a mi intimidad mientras se levantaba lentamente y se seguía moviendo, la abracé por el abdomen y volvimos a danzar juntas, peligrosamente cerca con nuestras piernas entrelazadas, continuamos así por varios minutos rozando mi torso contra su espalda y acariciándonos de forma disimulada mientras sentía como me excitaba. No pude resistirme más y le besé el cuello, ella se separó y se volteó, movió uno de sus dedos negativamente y con la otra mano tomó la mía y me jaló arrastrándome entre la gente.

Libre hasta que apareciste en mi vida | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora