CAPÍTULO 4: ¿MARIDO Y MUJER?

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~Hwasa~

-¡Auch! ¡Wheein!-

-Lo siento, ¡lo siento!- detrás de mí, Wheein dejó los pasadores en mi cabello- Creo que será mejor que lo siga haciendo la estilista-

Sentada en una silla giratoria de cuero frente a un espejo en uno de los salones de belleza más costosos de toda la ciudad, miraba a la mujer frente a mí sin poder creer que fuera yo.

Después de una larga e intensa sesión de peinado y maquillaje ahora estaba lista para ponerme mi vestido blanco y ser la flamante novia del magnate millonario Kim Namjoon, con el que me casaría en menos de dos horas.

Una semana después, todo estaba listo para casarnos.

Tal como Namjoon me había dicho, no había necesitado más tiempo y en menos de siete días había arreglado todo para que así fuera. Desde apartar mi lugar en ese salón de belleza, ordenar que uno de sus tantos choferes me llevara a comprar el vestido de mi elección y contratar al ministro, todo estaba listo. Nos casaríamos en el jardín de casa de sus padres y solo por el civil, en una ceremonia bastante sencilla y rápida.

Después de todo, no es como que hubiera mucho que celebrar.

Soltando un largo suspiro, me dejé caer en la silla detrás de mí completamente exhausta. Hoy era el día. Hoy me casaba con Kim Namjoon, fingiendo ser la novia enamorada e ilusionada que no era.

Los últimos días habían sido básicamente una pesadilla.

Por supuesto que una vez que Namjoon me presentara a su familia y se hiciera pública la noticia de nuestra boda (algo que tenía que ser así para que fuera más creíble) la prensa no había hecho otra cosa que atosigarme los últimos días para interrogarme sobre el asunto, y por supuesto, que se sentía ser la "elegida" por el soltero más rico y codiciado para ser su esposa.

Sin poder evitarlo entorné mis ojos ante el recuerdo y solté un bufido. Si tan solo supieran.

Claro que para evitar el acoso a su futura "esposa" y tal vez evitar que dijera algo que pudiera delatar la farsa, Namjoon había mandado a dos de sus mejores guardaespaldas a cuidarme durante los últimos días, siguiéndome a cada paso que daba a tal punto que para entonces sentía que me faltaba el aire.

Y él, él no podría ser más insoportable.

Después de conocer a su familia y conocer otra parte de él, Namjoon había vuelto a comportarse como el frío y arrogante empresario que había conocido, haciéndome ver y dejándome en claro con su actitud que aquél era un negocio más en el que todos saldríamos beneficiados y nada más.

Y no es como que esperara algo más, pero tampoco esperaba aquella actitud. Pero al parecer, tendría que soportar vivir tres meses con ese Namjoon sin remedio alguno.

-Bien- la voz de la estilista me sacó de mis cavilaciones- Oficialmente estás lista, querida. ¡Y has quedado preciosa!-

Como única respuesta, yo solo atiné a sonreír sin ganas y mirarme de nuevo en el espejo sin reconocer a la mujer que tenía frente a mí. Una mujer que estaba lo suficientemente desesperada para acceder a hacer lo que estaba por hacer en unas cuantas horas.


~0~


Una hora más tarde y parada al centro de una habitación de la residencia Kim, me miré de nuevo en el espejo de cuerpo completo y reprimí un suspiro.

~Negocio arriesgado - NamSa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora