Akaashi ya había dado la orden de revisar las trampas y la seguridad de los alrededores. Le agradeció a los alfas y betas que también se ofrecieron para ayudar había notado que muchos jóvenes recién cumplidos la mayoría de edad estaban comenzando a aceptar más tareas de riesgos físicos y trabajos duros.
-Akaashi-san -se acercó uno de los muchachos que habían terminado de llevar unos materiales ligeros a la zona de construcción de las casas.
-Yūki-kun ¿todo bien? -pregunto al verlo algo cansado y con las palmas de sus manos rojas. Aquel muchacho era un poco más alto que él pero eso era debido a las castas que poseían.
-Me siento increíble Akaashi-san -limpio sus manos con su yukata- quería saber si habían más tareas como estas, en donde mis amigos y yo podamos participar.
-Nos viene de maravilla ese interés -halago y el alfa contrario se sintió orgulloso- Nekomata-san siempre está requiriendo gente para sus trabajos, podrían preguntarle.
-Le preguntaré de inmediato, muchas gracias Akaashi-san. Me retiro -se inclinó para despedirse pero antes de andar la voz de Akaashi lo interrumpió.
-Te acompañare, después de todo también voy para allá -se puso a un lado del joven y ambos comenzaron a ir por el sendero- te quiero preguntar algo Yūki-kun
-Dígame -el tono que uso su mayor lo preocupó un poco, quizás se habían enterado de alguna travesura que hizo hace mucho tiempo y eso lo asustaba.
-¿Porqué ese interés tan repentino que obtuvieron todos? -soltó la pregunta y el alfa pudo relajarse un poco.
-¡Ah, eso! Es por el prisionero que está ahora en el pueblo -hablo recordando la charla que tuvo con sus amigos después de verlo saliendo del río.
-¿Por Bokuto-san? -Yūki asintió a la pregunta- ¿Porqué?
-¡¿No lo ha visto?! ¡Ese tipo es enorme! -admiraba la felicidad y libertad con la que hablaba sobre Bokuto- ¡Todos queremos el físico que tiene! Es por eso que muchos comenzaron a esforzarse en tareas difíciles para ya sabe... mejorar el cuerpo.
-Entiendo -cruzó sus brazos, escondiendo sus manos entre sus ropas- deben saber que Bokuto-san debe llevar años entrenando, no será fácil que igualen su cuerpo.
-¡Lo lograremos de todas formas! -ya estaban lo suficientemente cerca de la construcción para que Akaashi viese los alborotados cabellos bicolor que tuvo que cortar la emoción de Yūki con su charla.
-Es bueno oír eso -interrumpió a la voz contraria- debo irme y tu también. Coméntale a Nekomata-san lo que me dijiste, seguro los ayuda a ti y a todos tus amigos -se fue caminando más rápido que Yūki para acercarse a Koutaro.
Vio como el alfa se quitaba el sudor de la frente luego de haber dejado unos bloques de piedra en el suelo, acomodándolos para formar un camino para llegar a la entrada de aquel nuevo hogar.
Parecía ser que el alfa ya podía identificar su olor a la distancia por que antes de siquiera estar cerca de él o hablarle, volteó en su dirección con una sonrisa enorme en su rostro.
-¡Agaashi! -se alejó de su trabajo pero una mirada amenazadora que sintió en su nuca lo detuvo, era uno de los tantos guardias.
-¿Como está Bokuto-san? -pregunto hasta estar completamente en frente del alfa.
-Agotado y cansado -había arremangado las mangas largas de su nueva vestimenta, mostrando los brazos trabajados del mayor- estos trabajos me destrozan demasiado.
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𝐀𝐧𝐞́𝐜𝐝𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐨 - 𝐁𝐨𝐤𝐮𝐚𝐤𝐚 - 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞
FanfictionSolo recordaba correr por el frondoso bosque que rodeaba su tierra natal. Huía con toda la rapidez que sus piernas le permitían. Huyendo de aquellos tiranos que decidieron que era una buena idea atacar aquel pueblo. La vida de su familia había queda...