Capítulo catorce

177 23 2
                                    

Kaori parecía estar atenta a cualquier mirada que le dieran, eso la hacía más sospechosa. Estaban caminando por los pasillos que parecían no tener fin y cada vez que podía Suzumeda se giraba para ver que nadie la siguiera.

-Le pido Akaashi-san -hablo bajo- que no diga que lo traje aquí -se paró en frente de un puerta.

-No dire nada, se lo prometo -estaba ansioso por la beta que no abría la puerta.

-Muchas gracias, no puedo perder este trabajo, mi madre se molestaría mucho -comenzó a contar- ya sabe es un trabajo que va en generaciones y mi madre ya está muy vieja para seguir con los mandados.

-No se tiene que preocupar -insistió, esperando que abriera pronto la entrada.

-Comprando -bajo la manija de la puerta y comenzó a abrir muy despacio- otra cosa -dijo antes de continuar- quédese en la entrada cuando ingresemos, por favor.

-Esta bien -no entendió el porqué de la solicitud pero la acepto.

Cuando ambos cuerpos ingresaron la puerta se cerró a sus espaldas. Akaashi quedó perplejo por que sus ojos presenciaron. La cabeza de Bokuto descansaba sobre sus propios brazos ronroneando un sueño profundo. Traía ropas holgadas pero elegantes, pero que de todas formas se veían incómodas para dormir. Su mano sostenía una pluma y junto a esta había un frasco que retenía la tinta.

-Espéreme -susurro la beta. Vio como se acercó al alfa rodeando la larga mesa de madera.

Aquella sala se utilizaba para reuniones grandes entre la alta clase por eso la mesa era alargada y habían bastantes sillas como para 20 personas.

-Príncipe Bokuto -susurro la beta tocando en hombro del alfa quien tuvo un espasmo por el toque- tiene visita.

-Dile que lo puedo atender mañana -hablo somnoliento- tengo sueño -seguía en la misma posición pero buscaba un ángulo cómodo para su cabeza entre sus brazos.

-Dice que es importante -insistió la beta.

-Mañana -soltó la pluma y escondió su mano abajo de su brazo.

-Es Akaashi Keiji, principe -fue la frase necesaria para que el alfa levantara de inmediato su rostro y viera la entrada.

-Déjanos solos -sus ojos lo veían como si de un búho cornudo se tratara.

-¿No necesitan nada? -pregunto para estar segura de abandonar la sala.

-Nada -respondió cortante. Estaba parpadeando varias veces para saber que la figura de Akaashi no era un espejismo- puedes retírate.

-Como ordene -se reverenció con el príncipe y al pasar a un lado del omega también hizo una leve inclinación, abandonando la sala.

Cuando ambos escucharon el cerrar de la puerta no evitaron quedarse sin palabras. Ambas cabezas deseaban poder hablar pero no encontraban la forma de iniciar.

-Agaashi... -pudo soltar Bokuto de sus labios- ¿Que te trae por aquí? Es tarde ¿estas bien? -arrastró su asiento hacia atrás en un intenso de levantarse.

-Quédese ahí Bokuto-san -detuvo al alfa de su acción, sorprendido, le hizo caso. Camino despacio hasta el alfa tocando la madera de las sillas en el proceso.

-¿Te encuentras bien? -se notaba la ansiedad del alfa de saltar encima del omega en un abrazo, por eso lo retuvo en su asiento.

-Yo debería preguntar eso -se colocó a un lado del bicolor. Sintió que su mano se movió en cámara lenta hasta poder llegar a la mandíbula definida del alfa- ¿desde cuando no descansa Bokuto-san?

𝐀𝐧𝐞́𝐜𝐝𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐨 - 𝐁𝐨𝐤𝐮𝐚𝐤𝐚 - 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora