꧁𒆜 𝐃𝐢𝐜𝐡𝐨𝐬𝐚 𝐥𝐮𝐧𝐚 𒆜꧂
Los primeros días juntas fueron como un delicado baile de exploración y adaptación. Haerin, con su elegante figura felina, recorría cada rincón del apartamento con gracia y curiosidad. Sus ojos ámbar brillaban con intensidad mientras examinaba cada objeto con detenimiento, como si tratara de desentrañar los misterios de su nuevo hogar.
Kim observaba fascinada cómo Haerin se deslizaba sin esfuerzo por las habitaciones, dejando una estela de encanto y misterio a su paso. La gata parecía llevar consigo un aura de magia y secreto, lo que despertaba en Kim una mezcla de asombro y curiosidad.
En sus momentos de descanso, Haerin buscaba el lugar más cálido y acogedor del apartamento: el alféizar de la ventana bañado por la luz del sol. Allí se estiraba con elegancia, disfrutando del calor reconfortante mientras observaba el bullicio de la calle con una serenidad enigmática.
Sin embargo, había algo en las noches de luna llena que perturbaba la tranquilidad de Haerin. Durante esas noches, su comportamiento se volvía inquieto y ansioso, como si estuviera luchando contra una fuerza invisible que la empujaba hacia algo desconocido. Kim la encontraba a menudo en el balcón, con los ojos fijos en el cielo nocturno, como si buscara respuestas en las estrellas.
A pesar del misterio que rodeaba a Haerin, Kim se dedicaba con amor y paciencia a cuidar de ella. Juntas compartían momentos de juego y complicidad, construyendo un vínculo especial que iba más allá de las palabras. Kim sabía que Haerin llevaba consigo un pasado lleno de secretos y dolor, pero estaba decidida a estar a su lado, ofreciéndole el amor y el apoyo que necesitaba para superar sus temores y encontrar la paz interior que tanto anhelaba.
Kim cargó a la pequeña gatita en sus brazos, llevándola suavemente hacia la cama. La noche envolvía el apartamento con su manto oscuro, y era hora de descansar. Con cuidado, Kim acarició la cabecita del minino, sintiendo la suavidad de su pelaje bajo sus dedos, mientras murmuraba palabras de cariño y tranquilidad.
Una vez acostadas y bien tapadas con la cobija, Minji cerró los ojos, dejándose llevar por el sueño reparador que la aguardaba. Sin embargo, al despertar a la mañana siguiente, sintió un peso encima de ella. Al abrir los ojos, el corazón le dio un vuelco al darse cuenta de que su linda gatita no estaba a su lado.
La confusión y el temor se apoderaron de Minji al principio, pero pronto la sorpresa se convirtió en shock al ver a una chica de cabello anaranjado sobre ella, desnuda y visiblemente alarmada. Minji no pudo evitar soltar un pequeño grito, alarmada por la presencia inesperada.
—¿Por qué gritas? —preguntó Haerin, despertando confundida por los sonidos.
En ese momento, Kang comprendió la situación. La gatita no estaba, y en su lugar había una joven desnuda frente a ella. La realidad golpeó con fuerza, y trató de explicarse. Haerin se percató de la incomodidad y, en un gesto repentino, corrió hacia el baño, encerrándose dentro para evitar hacer sentir más incómoda a Minji.
En el silencio del apartamento, Minji se quedó allí, tratando de procesar lo que acababa de suceder.

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Un amor gatuno
Fiksi PenggemarKim Minji adopta a una gatita peculiar llamada Haerin, quien tiene la habilidad de transformarse en humana. Para romper la maldición que la aqueja, Haerin necesita encontrar el amor verdadero. A medida que Kim y Haerin comparten su vida juntas, su a...