Capítulo 01 - Devastación.

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Las 08:00 pm:  la lluvia ceso después de un día triste. camino en la calle observando el cielo despejado donde solo veo dos estrellas en él, paso los charcos mojando mis zapatos, aun estoy con el atuendo de mi trabajo, estoy empapada y no me importa.

Me detengo, pero mi atención sigue con esas estrellas que están solas en el cielo iluminado por la luna plateada. Hago un suspiro pesado y cierro los ojos, recuerdo lo que me dijo, estaba en mi trabajo, en mi oficina organizando unos documentos que le tenia que entregar al director cuando la señorita María llega corriendo a decirme que tenía una visita de ella... no pude decirle nada porque en cuanto la Srta. María termino la oración ella entro como si fuese su propia casa, sabe que me molesta que no sean educados, pero ya estaba ahí y no podía hacer nada, le di las gracias a la Srta. y le deje que se retirara a su puesto.

–¡Tenemos que hablar ya!– dice desesperada y algo irritada, lo puedo saber por su tono de voz, será lo mismo de siempre y como siempre.

Hago un suspiro, ¿De que se tratara ahora?. 

–Pues si es algo importante como para que vengas hasta aquí está bien– me siento y hago un gesto para que también se acomode.

Ella se sienta y medita unos segundos sus palabras, pone un rostro de molestia y tristeza, sino la conociera diría que hizo algo que no debió y ahora me va a culpar por ello. Pasaron dos minutos cuando al fin hablo, pero, cuando lo escuché, quise estar sorda, quise prestar atención cuando me relato la supuesta historia, mis ojos se llenaron de lágrimas que no quería que salieran, mi respiración se dificulto, tenía una mueca en mis labios, un nudo se formó en mi garganta, no podía hablar.

No medí cuenta cuando termino porque solo estaba en shock, dijo mi nombre varias veces, hasta que parpadeé y me forcé a verla a la cara, tenía el rostro inexpresivo como cuando siempre dice cosas serias, solo la vi así cinco o siete veces en estos 6 años. 

La veo a los ojos y lo único que le digo fue "¡Vete!", "¡No te quiero ver nunca!", y a si salió de mi oficina, ya daban las 05:00 pm, estuve ahí hasta que una María preocupada me fue a sacar de mi oficina, estuvo preguntándome varias cosas que no entendí por qué mi mente estaba en blanco, hasta que salí de la escuela y observé que estaba lloviendo, "¿Cuándo empezó a llover?" Fue lo único que dije en todo ese tiempo, fue como un susurro, ya que, sentía que si decía algo en voz alta mis lagrimas saldrían de inmediato.

Caminé sin rumbo, no tenía paraguas así que solo estuve caminando bajo la lluvia, hasta llegar aquí. 

No se donde exactamente, pero cuando abro mis ojos y bajo mi mirada observo un parque enfrente de mí, bueno, mis pies ya estaban protestando. Camino hacia el para poder sentarme en un banquillo, pero esta casi oscuro, suspiro nueva mente.

Me cerque a la luz blanca de un poste colocado en lo que era el centro del lugar, estuve parada por más de un minuto, cuando alzó la mirada para buscar un lugar para sentarme, primero guie mi mirada al costado, todo estaba casi en la oscuridad total, ya que, no podía ver casi nada mas allá de donde terminaba el alcance del foco de donde estaba parada. A la izquierda observe árboles y pude notar algo pequeño moverse entre los árboles rápidamente supuse que era una radilla, a mi derecha, observe que lo que estaba buscando, un banco en el que sentarme, estaba por ir a sentarme hasta que el viento me penetro, recordándome que estaba empapada, ahí lo note, me mire hacia abajo y observe que no traía mi chaqueta, mi ropa estaba pegada a mi cuerpo, llevaba mi traje, una camisa blanca y una falda negra luciendo formal siempre, sin embargo, ahora parecía un perro mojado, suspire y relaje mi cuerpo lo que hice, no fue algo racional y estoy segura que mañana sufriré un gran resfriado por mi idiotez de salir como zombie sin mi chaqueta y mi paraguas, pero quien puede culparme, creo que lo que hice fue algo racional, cualquiera en mi lugar la hubiera matado y ya estaría en la cárcel por lo que mi conducta fue mejor de lo que me hubiera imaginado. Estaba acercándome a la banca hasta que observo una sombra moverse hacia mí, estaba lo bastante lejos como para que la luz no lo alcanzará, me paralice, el frio otra vez se apodero de mí, moví la cabeza para observar mejor ese cuerpo, cuando me doy cuenta que si era una persona rápidamente me enderezo, quedando frente a frente de él, enfoque mis ojos para observarlo mejor y me percate que era una mujer.

No podía ver su rostro, o algo mas allá de su silueta en la oscuridad, traía una sombrilla que la protegía de los restos de la lluvia colocados en las hojas de los arboles.

Pronto vi como ella empezó a caminar en mi dirección, entonces pude verla mejora a excepción de su rostro, traía una mochila en su hombro derecho, pero no pude observarla mejor, ya que, estaba temblando del frio y me estaba empezando a dar miedo, ¿ Quien esta en una parque a estas horas de la noche?.

– Señorita, no debería estar aquí y en ese estado – me dijo con voz tranquila.

Me removí por la incomodidad que estaba sintiendo a causa de mi ropa mojada.

–Si, lo siento, me perdí – dije rápidamente para levantarme e irme antes de que encuentre a otro loco.

– ¡Espere! – casi me grita, lo que provoco que me quedara quieta.

No me atreví a voltear y verla, estaba mas preocupada a que me atacara por la espalda y no seria testigo de eso para nada.

– Señorita esta muy mojada, déjeme darle un suéter por favor - me dijo colocándose a un lado de mi, fue lo bastante cerca para que observara bien su rostro.

 Su voz sonaba preocupada, y su rostro daba a conocer también su preocupación.

Ese rostro que estoy segura me decía que era alguna clase de Vampiro, yo le creería cada palabra.

Tenia una tez pálida, no tan exagerada pero si se podría identificar a kilómetros, sus ojos eran de un color verde intenso, y reflejaban tranquilidad.

Me quede en silencio viéndola,  no se que sucedió me quede en blanco, fue cuando ella aparto su mirada haciendo una mueca  a la par de que sus mejillas se tiñeran de un rojo suave, pude volver a mis pensamientos.

– No es agradable estar a estas horas de la noche en su estado – dijo metiendo la mano en su mochila y sacando lo que parecía un suéter gris algo grande para mi.

– ¡No!, no gracias, dudo que pueda devolvérselo y tengo prisa, ¡adiós! – le dije lo mas rápido que pude e intentando no se notara que mi voz estaba temblorosa por el frio que se impregno en mis huesos.

Ella quería decirme algo, pero ni siquiera la escuche y corrí de ese lugar lo mas rápido posible.

Por alguna razón, cuando salí de los limites de ese parque pude volver a sentir la presión en mi pecho, al igual que las lagrimas que se formaban en mis ojos, aprete la mandíbula tratando de contener el grito que amenazaba con salir de mi, lo que provoco una gran molestia en mi garganta.

La tentación de caer de rodillas en medio de la carretera y dejar que mi cuerpo tome el control era tentadora,  mentalmente estaba cansada, pero no iba a quedar ahí. Con todas las fuerzas que tenia me obligue a seguir hasta llegar a mi departamento.

Ni siquiera supe cuanto tiempo me llevo, pero logre llegar y tirarme directamente a la regadera, donde me di un baño de agua caliente, mientras mis lagrimas saladas corrían atreves de mi rostro mezclándose con el agua de la regadera.

Fue cunado supe que acababa de dejar que mi cuerpo tomara el control, ya que, sin darme cuenta, estaba viendo el techo de mi dormitorio, para caer en un sueño profundo.






Continuara...

La Mujer Del Parque - BrenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora