El reloj digital marcaba las 2:48 AM.
Niko ahuecaba las manos para soplar en ellas. No lo hacía del todo bien, pues llevaba puestos unos guantes de lana que impedían calentar unos dedos congelados porque, ella pensó que sería una idea genial recortar los guantes para dejar ver los dedos. Suspirando, sacó una goma de mascar de entre los bolsillos de la chamarra deportiva que portaba (prestada de su hermana, Kokoro). Para hacer tiempo, alternaba canciones en su reproductor MP3, una antigüedad tanto como lo son Limewire o Ares, sitios que Niko recordaba nostálgicamente, pues nunca ha comprado música en digital, le parece tonto gastar dinero si el producto no puedes tocarlo o saborearlo. Presionó el botón para reproducir hasta hallar la canción en concreto que se ajustaba a su sentir:
Reproduciendo: Hard Times - The Jetzons
Mientras tarareaba imaginando un Sonic moviéndose en medio del callejón donde se encontraba, notó dos siluetas acercándose. Se quitó el audífono derecho y, haciendo un supuesto ademán de pelea, oyó una carcajada.
-Somos nosotros, chica. Relájate.
Delante suyo, iban dos hombres de aspecto deprimente. Portaban ropas entre juveniles y otras con logotipos baratos, de esas que los turistas adquieren a precios inflados. Si estos sujetos eran vagabundos o tenían una situación económica difícil, daba igual; no llevan una vida honrada.
Niko suspiró. Hurgó entre los bolsillos y les mostró unos pequeños paquetes recubiertos por papel aluminio con unos puntos sobresaliendo. Los hombres se sobrecogieron y uno de ellos parecía que quería quitarle uno de esos paquetes a Niko. Ella, por su parte, le ánimo a mirar su otra mano. Era un cuchillo, uno con apariencia más amenazadora que el de su cocina.
-Enseñen los billetes antes de nada, erratas de la sociedad- espetó.
Ante esto, cedieron gruñendo y le dieron una bolsa de plástico del 7-Eleven con dos billetes de 20000 yenes. Niko les entregó su tan preciada sustancia y marcharon de allí brincando de alegría. Ella sabía que físicamente era débil, que este tipo de trabajo requiere tenacidad, una mente y cuerpo capaces. Es también el motivo por el cual ella carga objetos puntiagudos o contundentes cuando hace mandados. Como quiera que sea, Niko había sobrevivido otra noche, podrá llevarse dinero a casa y, con suerte, ahorrar otra parte.
¿Cómo terminó ella implicada en negocios turbios como la venta de sustancias ilícitas?
Tras su reencuentro con Maki, comenzó a trabajar en el hospital donde ella realizaba prácticas como auxiliar del cuerpo de enfermeros (permiso obtenido por Maki) o realizando mantenimiento como limpieza y así. Ganaba lo justo para cubrir sus deudas, incluso se le veía cómoda colaborando en un espacio donde tenía una amiga. Pero, como todo en la vida, nada es eterno, ni siquiera la tranquilidad. La madre de Niko colapsó un día de trabajo, creyendo sus compañeros que era producto del estrés, le dejaron reposar, pues no lucía grave. Sucede que, Yazawa-mama había tenido infartos cerebrales que la gente confundía con caídas por torpeza o cansancio. Ella no sobrevivió esa última vez. Devastada, Niko sintió cómo le fueron impuestos un rol y unas condiciones mucho peores a como estaban antes.
Debatiéndose si debía ahora donar uno o dos de sus órganos para paliar la complicada situación financiera de su familia, un enfermero se le acercó conociendo lo desesperada que estaba ella. Éste le comentó que a veces, tendían desaparecer unos medicamentos del hospital y, podían encontrarse en las calles a precios más accesibles. Horrorizada en un principio, Niko quiso negarse a contribuir en un negocio sucio. Sin embargo, cualquier suma de dinero extra era bienvenida, así que dejó la moralidad de lado. De vender medicamentos "perdidos" con el enfermero, pasó a conocer proveedores de otra series de drogas, éstos a su vez presentaron a Niko ante los capos quienes manejaban todo en esa zona de la ciudad y, ahora mismo, a cuatro meses de su reunión con Maki, alterna trabajos decentes con venta de productos ilegales, ser mensajera o amenazar negocios locales para cobrar cuotas obligatorias.
Es patente la incierta postura que adoptó la antigua idol prepatoriana, aun así, ¿de qué otras opciones disponía? Justo ahora, va de camino al abultado departamento familiar para preparar la cena. Tras abrir la puerta, es recibida por sus hermanas.
-¡Llegas tarde!
-¡Con que eras tú quién tenía mi sudadera!
Kokoro y Kokoa de la familia Yazawa. Ambas cuentan con la edad suficiente para prepararse algo en la cocina y comer a solas, pero, sea por malcriadas o costumbre, esperan religiosamente a su hermana mayor antes de cenar.
Al ir cocinando con ayuda de sus hermanas, Niko vio su reflejo mientras miraba la ciudad tras la ventana. Unas ojeras con forma de luna menguante morada estaban bajo sus ojos, peor, tenía un aspecto no muy distinto al de los malvivientes que le solicitan drogas. Si bien sopesa esto viendo sonrisas en casa, siente culpa al contribuir dentro del mundo criminal.
Ya en el futon, intentaba conciliar el sueño ignorando los asuntos en que se encontraba. Niega con la cabeza y va a la cocina para beber agua, con suerte, aclarar su mente. Como seguía inquieta, prefirió distraerse escuchando música.
Reproduciendo: Закрой за мной дверь, я ухожу - Kino.
Cierto, ese grupo comenzó a escucharlo porque Eri se lo recomendó. Niko se pregunta si ella tendrá una mejor vida, puede que ya no estuviese en Japón. Una chica rusa resaltaría mucho por acá, pensó ella recordando sus días como estudiante. Con esa idea en mente, se acostó y soñó que volvía a ser una idol. Todas sus compañeras estaban ahí.
Al día siguiente, Niko recibió una llamada telefónica de un número desconocido. La voz detrás de la línea le dio instrucciones para salir y ponerse a trabajar. Apretando los dientes, colgó el teléfono, se puso ropa cómoda, agarró unas botas desgastadas y salió corriendo. Ahora, debía amenazar, usando la fuerza, a un negocio renuente a pagarles al grupo criminal. Niko sólo podía sentir el corazón acelerado retumbando en sus oídos.
Sin arrepentirse. Está es la vida que escogiste, Niko Yazawa se decía en sus adentros.

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La idol en bancarrota
FanfictionNiko Yazawa, una ex-idol de preparatoria enfrenta problemas tras graduarse. Entre estos, solventar la delicada condición económica de su familia. A través de una serie de eventos desafortunados, se ve implicada en el mundo criminal, jugándose la vid...