CAPÍTULO 1: Solo un favor.

3.1K 183 213
                                    

Capítulo 1: Solo un favor.

Satoru no era gay. Solo era pobre. Y como tal, tenía cuentas que pagar.

Para un joven de diecinueve años sin experiencia laboral de ningún tipo, mudarse a una nueva ciudad constituía un gran reto en su economía personal. La situación empeoraba por momentos porque a saber cuándo fue que decidió que decirles a sus padres que quería mantenerse solo a partir de ahora era una gran idea. Porque claro, tus ingresos, tus gastos, tus reglas, pero, ¿de dónde sacaría los ingresos? Genial, Satoru, muy bien, esta vez te luciste.

Los días se escurrían entre clases universitarias que apenas comprendía y entrevistas de trabajo totalmente patéticas, ¿podrías dejar de tartamudear una sola vez? Gracias, y sus ahorros compuestos por regalos de parientes en su pasado cumpleaños para esa etapa que viviría mermaban cada vez más con cada hora que pasaba.

Fue el cúmulo de estas situaciones desafortunadas que él mismo se había provocado lo que lo llevaron... ahí.

De día, un edificio gris con muros agrietados y carteles de neón de bajísima calidad dormía en el entresijo de clubes, bares y restaurantes de la zona más alegre de la ciudad. Eso solo de día. Por la noche, cuando abría sus ventanas cual ojos de gato soñoliento y la puerta tragaba clientes al igual que cuando succionaba los asquerosos fideos de los que se alimentaba últimamente, ese lugar se convertía en el club nocturno más concurrido del área.

El club de striptease gay más concurrido del área.

El cual tenía vacantes disponibles y... bueno, había que comer, ¿no?

Decidido a conseguir un trabajo, eh... decente... como fuera, se dispuso a realizar esa entrevista. Porque de perdidos al río y porque tenía hambre, joder.

Poco a poco la fila de interesados se fue haciendo más corta a medida que avanzaba la tarde. Al parecer el local permanecía cerrado los lunes, porque las sombras se alargaban en la acera y ese enorme animal de hierro cimentado no daba señales de querer despertar. Bien, ya de por si era vergonzoso estar ahí como para encima correr el riesgo de que lo viese alguien conocido.

Finalmente le llegó el turno y justo cuando se disponía a cruzar la puerta de acero remachado que daba al callejón donde les pidieron formarse, la misma se abrió desde dentro y de repente se encontró estampado contra un muro de carne de dos metros de altura, piel bronceada, cabello negro suelto, ropa oscura y... rostro conocido.

Geto. Suguru Geto. Suguru Geto, el estudiante más brillante de la clase, estaba ahí, con el cabello mojado como recién salido de la ducha y la ropa adherida al cuerpo por la humedad. ¿Qué carajos pintaba en ese cuadro?

El chico pareció preguntarse lo mismo al verlo, porque detuvo su marcha de golpe, haciendo que sus compañeros de trabajo chocaran contra su espalda, generando un atasco pasajero en la puerta de salida.

Satoru retrocedió más pálido que como si hubiese visto un fantasma, que dada la blancura de su piel ya era mucho decir, y liberó el camino. Pero Geto no se movió sino hasta que lo empujaron a un lado el resto de strippers. Su cara de sorpresa lo decía todo.

—¿Vienes a postularte? —preguntó Suguru con claro escepticismo elevando una ceja de forma interrogativa, y por supuesto, como no podía ser de otra manera, su tartamudez le impidió contestar a la pregunta como un ser humano funcional. Ya que a duras penas sonidos extraños escaparon de su garganta uno tras otro atropellándose entre sí, dejando aún más confundido al otro estudiante—. Si sabes que aquí buscan bailarines, ¿no? Y que debes poder charlar con los clientes sin sufrir un colapso nervioso.

—¿B-Baila-bailarines? —¿Cómo que bailarines? Mierda, Satoru, eres un verdadero genio. ¿Qué otra cosa podría estar buscando un club como ese? Quiso golpearse contra la pared del disgusto, pues a este paso empezaría a alimentarse a base de hormigas.

DENTRO DE TI [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora