⠀⠀⠀⠀⎙⎙⎙ | TALK ELEVEN

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El ojiazul mayor regresó unos quince minutos después con dos generosos vasos de café de una popular cafetería, le extendio el vaso que contenía un café con crema y apenas una pequeña parte de leche al más joven, quedándose él con el que venía con bastante leche, chocolate, canela y crema, y una generosa cantidad de azúcar que le había echado antes de llegar.

Se sentó junto al menor, dejó de calentar una de sus manos en el vaso descartable del café para tomar la mano de su novio, encajando las piezas.

—¿Hablaron mucho? —preguntó Dick, dándole un sorbo a su café.

Tim abrió su boca para hablar, su labio inferior tembló y parpadeó varias veces.

—Dickie... ¿Cómo soportas esto todos los días? —murmuró.

—No lo soporto, Tim, lo tolero, son cosas distintas.

—Yo... Habló en serio, apenas llegué hace un rato y... Quiero llorar, mucho y yo... Apenas hablé con Jason, cerré los ojos y canté todo el rato que no estuviste porque no me gusta verlo... Porque duele, me duele mucho y quiero irme porque no quiero sufrir —Tim lloraba con cada palabra.

Dick frunció el ceño, en vez de ir a abrazar al menor, sostuvo con más firmeza y apretó un poco más la mano de su novio.

—Hablas de llorar como si yo no supiera lo que es, Tim, dices que te duele y sufres y que no quieres estar aquí... ¿Pero no sabes las cosas que debe pensar Jay? ¿No puedes pensar en un momento en él y dejar todo lo tuyo un momento?

>>Jason puede estar dormido pero no lo trates como que no esté aquí. Él escuchó todo lo que acabas de decir, Tim. De que no quieres estar acá y que no quieres verlo... Y le duele más a él que a tí.

Y Tim sólo pudo llorar aún más, el mayor tampoco fue hacia él, por más que en un momento en serio se sintió realmente mal por él, su novio merecía más su apoyo que ese chico.

Pasaron un par de minutos hasta que el menor finalmente se controló para limpiar por última vez su rostro, miró al mayor un momento, antes de levantarse y bajar su vista a Jason, con el corazón encogido al ver su pálido rostro, sus labios y sus ojeras combinaban en distintos tonos de azul algo violáceos, sus delgadas mejillas y sus marcados pómulos.

Vió el suave sube y baja de su pecho, también cómo el otro sostenía la mano izquierda de Jason, de forma protectora, apretando con firmeza para que ésta no escapara de su evidentemente más pequeña mano.

Con algo de duda, tomó la mano de Jason que estaba libre, dejó su vaso de café en el suelo, algo alejado de sus pies para no volcarlo sin querer, y sumó su otra mano para tomar las del de mechón blanco entre ambas, como si la estuviera calentando.

—Lo siento, Jason —murmuró e intentó mirarlo a la cara, aunque no pudo, cerró sus ojos—. Lo siento también por no estar para tí, cuando lo necesitabas, antes de esto... Y cuando todo ocurrió también. Espero que cuando despiertes... Hagamos las paces y nos llevemos mejor. Espero que sea pronto, y que me perdones.

Lágrimas silenciosas recorrían el rostro del menor.

—Jason te perdona, Tim —dijo el ojiazul, sonriendo, conmovido por la actitud tan madura del menor.

Porque de todos ellos, el más pequeño de edad era el que se demostraba más maduro, el menos idiota, y a Jason le dolía porque aquel chico ni siquiera era el mejor amigo de su novio, no estaba cerca de ser uno con los que más se llevaba, y era triste que el mayor tuviera que estar dormido para que las amistades quedaran claras y cada uno mostrara su verdadero rostro.

—Creo que está sonriendo, Dickie —murmuró el menor.

—Sí lo está haciendo, Tim. Está sonriendo por lo que dijiste, sonríe para ti.

El menor rió con felicidad, las lágrimas acompañaron su risa, pero ya no sabía si eran de alegría o de tristeza.

SLEEPTALK  ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora