Las mujeres también se tocan

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He visto headcanons en los que ____ se encuentra a los personajes en un momento íntimo pero...

¿Qué pasaría si ellos te encontraran masturbándote? (Porque sí, las mujeres se tocan)

Personajes: Ken Ryuguji, Shuji Hanma, Shinichiro Sano, Naoto Tachibana, Kokonoi Hajime

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Personajes: Ken Ryuguji, Shuji Hanma, Shinichiro Sano, Naoto Tachibana, Kokonoi Hajime

Draken

Era obvio que las relaciones íntimas con el ex-subcomandante de los ToMan eran mucho más que gloriosas.

Tenías la mayor suerte del mundo de contar con un gran atractivo, un gran corazón, y una gran dotación.

Por eso mismo que te sentías tan afortunada era por lo que no le habías dicho nada al Ryuguji sobre tus necesidades hormonales.

Él daba lo mejor de sí en el taller de reparaciones; tu lo sabías porque le visitabas siempre que salías de trabajar y cenabais juntos.

No querías molestarle... Era un hombre ocupado, pero tu cuerpo ardía y las ganas de retorcerte a causa de un orgasmo te superaban.

Hurgaste en vuestro 'cajón sexual' y entre condones y otras lascividades sacaste un pequeño juguete vibrátil.

Habías colocado una toalla sobre el sofá, y te encontrabas abiertas de piernas, con la nuca chocando la cabecera del sofá y tus manos dedicadas únicamente a darte placer.

Tu cerebro fantaseaba con tu dulce novio estando ahí contigo, besándote con su atrevida lengua y cuidando de tu cuerpo como tan bien sabía hacerlo.

Afuera del apartamento, un rubio cansado llegaba a casa con ansia. Había cerrado antes el taller para poder estar contigo e incluso te trajo unas flores que compró de camino.

Como quería darte una sorpresa, abrió con sumo cuidado la cerradura de la puerta, y entró en silencio, sorprendiéndose por lo silenciosa que estaba la casa. Normalmente tenías la música puesta a todo volumen...

Avanzó por el pasillo y dejó las rosas en la encimera de la cocina. Se suponía que deberías de estar en casa, pero solo un pequeño ruido se hacía presente; ¿sería un taladro?

Por fin llegó a la última habitación de su casa, y aunque lo que vio fue la espalda del sofá, la cabeza de su novia era inconfundible, y los gemidos armoniosos de su boca eran definitivamente suyos.

Jamás te había visto de esa forma, teniendo en cuenta cuánto te gustaba llevarle a la cama. Quizás... es que estabas necesitada.

No lo pensó ni un segundo; se quitó la cazadora y rodeó el sofá para ver una imagen demasiado tentadora. —Preciosa... —Abriste los ojos y saltaste en el sofá del susto, intentando cubrirte con algo.

Tokyo Revengers {One Shoots y más}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora