M(a)y('s) Weariness

19 9 2
                                    

A los días que pasan se les pierden las esperanzas. Se escapan del tiempo y de la línea que se supone que deben seguir para reproducirse, para extenderse en múltiples formas. Las horas fluyen atormentadas ahora por la propia concepción del tiempo. No saben si son minutos o segundos lo que emplean, no saben si son treinta o cincuenta las horas en las que se quedaron atrás esperando a la esperanza. El cuerpo se cansa, de pensar, de modificar ideas que están más que establecidas por el mundo y la propia realidad. El cuerpo está agotado y sobrevive a base de cafeína tan solo para aceptar lo que puede visualizar, no pensamientos más allá de los que se puedan observar, no transformaciones o perturbaciones. Tan sólo quiere terminar de atravesar un camino ya conocido, no quiere lo complicado, está cansado de ello. Las esperanzas son malas, juegan y ayudan a deformar el cerebro y la realidad. Se quedan atrás jugueteando con el tiempo y haciéndole creer que puede pasarse todo lo que quieran ahí. Pero no estoy dispuesta, no a perder el tiempo cuando lo necesito por encima de mis esperanzas perdidas.

Elementos [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora