Quizás ahora me esté arrepintiendo de haber deseado esa marca física. ¿Pensamientos desesperados? Obviamente, al igual que inconscientes. Aunque quizás en ese aspecto no tanto. Pero esa herida sigue ahí, escociendo, cicatrizándose, y volviéndose abrir. Pero esta vez no tenía yo la culpa. Cuando me dolió por segunda vez opté por dejar de tocarla, evité en todo momento prestarle atención y así obvié que todo girara en torno a ella. Pero no se cierra. Está ahí presente y a su vez ausente, lastimándome durante días. La trato de curar nuevamente y por otro breve período de tiempo parece que consigue sanarse, pero una vez más se dilata y sangra con más fuerza. Otra vez decides tocarla y abrirla, decides tocarme y detenerme.
Me marcas con palabras ya que no puedes marcarme con las yemas de tus dedos. Te haces notar y consigues que mis pensamientos se posen en esa yaga, la que día tras día tiene sus propios cuidados. A veces consigo preguntarme si esta herida está infectada y por ese motivo se vuelve a accionar. Cada cura que consigue funcionar por un tiempo luego es inútil y absurda. Y sé a la perfección que hay cosas que llevan su tiempo, pero también sé que tan solo consigues dedicarle el tiempo necesario si ves aunque sea un mínimo cambio. Entonces es ahí mismo cuando mi subconsciente no hace bien su trabajo. Ha cambiado, absolutamente todo ha cambiado. Y él lo sabe, pero sigue aferrándose cuando lo que tendría que hacer es dejarlo, soltarlo.
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Elementos [ES]
PoetryTe has sentido alguna vez arroyada por el agua, o quemada por el fuego? O quizás has sentido que no tenías los pies en la tierra por la fuerza del viento? Estos son algunos poemas que han surgido a partir de miles de situaciones y sentimientos, de...