CAPÍTULO 3: El principio del juego {Parte 1}

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Desde la perspectiva de Dostoyevsky.•

Serían las 10:00 de la mañana cuando fuí despertado por unas ruidosas y escandalosas alarmas que por lo visto, o por lo menos pude pensar que éstas siempre son puestas para despertar a los alumnos, cosa que en mí caso sí funcionó. Éstas indicaban que era la hora de despertarse y levantarse para ir a desayunar, cosa que desde un comienzo ya planeaba saltarme, por lo que simplemente me quedé en mí cama. Doblé y acomodé mí almohada para recostarme más cómodamente en ella. Cogí de nuevo mí libro y lo abrí para reanudar mi lectura de la noche anterior.

El albino seguía durmiendo a pesar de la alarma, parecía no enterarse ni oír ese fuerte y repetitivo ruido; -"¿Cómo ignoraba un sonido tan fuerte como este?"- Me llegué a preguntar.
Le observé desde lejos, fijándome y apreciando un poco su apariencia, mayormente la cara, ya que era la parte que más destacaba de él y no voy a mentir, era bastante atractivo, pero eso no me importa; seguramente él es otro peón al que podría manipular y usar a mi antojo, pero antes de eso debo descubrir si el me podría ser de utilidad.

Me aclaré la garganta, pues la tenía algo seca, y con un tono no muy alto de voz le dije algo al albino.
-Nikolai, es la hora del desayuno, despierta.- Le advertí para que se despertara y fuera a desayunar, pero, a decir verdad, no sé ni por qué me importaba si el ucraniano se saltaba o no la hora del desayuno y no comía, ya que eso no me influía en absolutamente nada.

La voz del azabache hizo que el albino se despertara e incorporara gentilmente.

-Buenos días Fedya.- dijo con una sonrisa agradablemente dulce y los ojos entrecerrados por el sueño, se le notaba cansado.

-Buenos días.- respondí cortésmente para ser educado y tras hacerlo volví a centrarme en mi libro.

El muchacho albino se levantó y fue a la puerta estando casi fuera de la habitación para ir al comedor y desayunar mientras se frotaba los ojos, uno más que otro, ya que el derecho lo tiene tapado por un curioso parche de color negro carbón; similar al pelo del ruso.

-Nos vemos.- Comentó vagamente el joven peliblanco y tras hacerlo se marchó a desayunar.
-Mhm.- le contesté perezosamente sin haber prestado atención a lo que me había dicho.

Esa mañana, mejor dicho, ese tiempo que la mayoría de gente invierte en desayunar; yo la invertí en quedarme tranquilo y relajado en la habitación, leyendo en un pacífico silencio, esperando a que fuera la hora de ir a clase.

<<UN TIEMPO MÁS TARDE>>

Por fín era la hora en la que empezaban las clases, así qué, un rato antes de que volviera mí ¿Divertido? compañero, aunque para mí no tenía nada de divertido, me daba igual si hablaba con ese tono bromista y sarcástico suyo, a mí no me hacía gracia, pero al resto de gente sí. Un buen ejemplo es el comportamiento de los profesores cuando Nikolai se duerme en clase y luego es despertado por los docentes. Nikolai al despertar siempre se disculpa con un tono algo bromista a lo que los profesores suspiran y dejan pasar. Es raro, no entiendo cómo hace "reír", mejor dicho "hartar" y suspirar a la gente.

Volviendo al tema, antes de que el albino llegase me cambié de ropa y también me aseé un poco; lavándome la cara, aunque esto no hizo que se me quitaran las ojeras que tenía bajo mis dos cuencas oculares y cabe decir que, mí piel al ser extremadamente pálida, los dos círculos que tenía bajo mis ojos eran aún más notorios que en alguien con la piel más colorida; con colores más cálidos quiero decir, no pálidos similares a la nieve como era mi caso, ya que era raro ver o/u encontrarte con alguien de piel tan blanca y pálida.

~The Liberty Game~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora