CAPÍTULO 2: Protege tus nudillos

96 6 2
                                    

Perspectiva de Nikolai Gogol.•

Estaba bastante aburrido y sin nada que hacer y un poco cansado, aún eran las 20:30, habían pasado seis horas desde que terminó la única clase de ese día, que era por la "tarde" y finalizó a las 13:15, la de matemáticas, y aún faltaba media hora hasta la hora de cenar. No se me ocurría nada para entretenerme tras terminar la clase así que traté de centrarme y divertirme con alguna cosa. Pensé en ir a buscar al novato para hablar con él o hacer algo junto a él para no aburrirme, pero no me apetecía agobiarlo y molestarlo, ya que no quería llevarme mal con el, y más porque ahora compartía habitación con el nuevo y desde luego las cosas serían muy incómodas, era lo que menos me apetecía ahora.

Me dediqué a hacer algunos dibujos, eran más bocetos en sucio que otra cosa y así me mantuve entretenido con algo hasta la hora antes de la cena. Decidí ir a buscar al ruso para que fuera a cenar algo, ya que no le había visto en las horas ni de comer ni almuerzo y aunque quizás sea osado de mi parte me vino a la mente que así posiblemente podría acercarme y entrañar algún tipo de amistad con él, así que, sin pensarlo más estaba decidido en ir a buscarle y así hice.
Al primer lugar al que acudí a buscarle fue a mi habitación. Tuve suerte de que se encontrara allí y no me tocase ir por todo el correccional buscándole.

-¿¿Buenas Fedya?? Pronto será la hora de cenar, ¿¿vienes??- Pregunté en cuanto abrí la puerta de la habitación, hecha de madera oscura, incluso podría ser de roble oscuro.

El azabache se encontraba tranquilamente sentado en la cama haciendo la tarea de matemáticas que tenían como deberes, ya que el profesor lo había mandado y encargado para el día siguiente antes de que hubiera finalizado la clase. El pelinegro se giró y miró con una vista cansada y un poco seria al pecoso que estaba delante de él, de pie al lado de la alta y oscura puerta de madera.

-Está bien, voy.- Respondió el menor al mismo tiempo que guardaba el libro y el cuaderno que estaba usando hasta hace unos escasos minutos.

El albino le esperó apoyado en la fría puerta, se le veía bastante impaciente por la espera del azabache.

El ruso dejó la tarea aparte y se levantó yendo junto al peliblanco, aunque esto al pelinegro no le agradaba demasiado, puesto que prefería estar e ir solo, pero como era nuevo y no se conocía aún bien las instalaciones del correccional no tuvo otra opción más que aceptar la propuesta, casi obligatoria del muchacho albino.

-Vamos.- El ojos carmesíes esperó a que el peliblanco marcase el camino para guiar y orientar al azabache.

Le acompañé con tranquilidad y a ritmo lento, dirigiéndome al comedor hasta llegar allí, donde me esperaba mi otro amigo.

-Hola Cris :), este es Fyodor, el novato ^^.- Introduje un poco superficialmente a Fedya ante Cris.

El azabache simplemente asintió sin abrir la boca ni articular palabra en forma de saludo hacía mi amigo, acto seguido se apartó ligeramente de nosotros para ir a otra mesa y comer en paz, es decir, estar más tranquilo, pero yo no quería que se quedase solito :(.

-Ni hola Cris ni nada, ¿dónde has estado imbécil? Y hola supongo.- Dijo el muchacho con pinta de pocos amigos y malas pulgas, no parecía muy amistoso, pero en el fondo cuando llegas a conocerle mejor es bastante majo y mucho más amable, o por lo menos eso cree él albino.

-Emm...ya sabes, haciendo tonterías ^^.- Fuí a por la comida y me acerqué al azabache que ya tenía su comida servida y puesta en la mesa, "¿¿en qué momento fue a por ella y como no me dí cuenta??" Fue una de las cosas que se me pasó por la mente en ese momento, pero me parecía un poco absurda la pregunta, así que al cabo de los segundos la olvidé. Me senté cerca del ruso para hacerle un poco de compañía y que no estuviera solo.

~The Liberty Game~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora