Nota de la autora: Cassie tiene 8 años, y los gemelos 10.
Capítulo 1: ¿Nuevos integrantes a la familia?
~• Cassie •~
—Aves, sí, muchas aves. Un hermoso paisaje... ¡en la playa! Quedará genial, solo un poco de color aquí y azul por acá... Sip, quedará muy bonito, a papá le encantará... —murmuré para mí misma mientras pintaba un dibujo para papá.
—¡Cassie! ¿Dónde estás princesa? Debemos irnos ahora o se nos hará tarde. —gritó papá desde algún lugar de la casa.
—¡Ya voy! —grité y corrí hacia la sala de estar en busca de papá.
—¿Dónde estabas princesa? Ya debemos irn... Cassandra Russo, ¿se puede saber por qué estás llena de pintura de los pies a la cabeza?
Estoy en problemas...
—Porque estaba pintando un dibujo para ti... —me excusé con ojos de cachorrito sonriendo inocentemente, mostrando mi creación con orgullo.
—Aawww, está hermoso cariño.
—¿Te gusta? Somos tú y yo en la playa. —le expliqué señalando los detalles de mi obra de arte.
—Me encanta, princesa. —dijo dándome un sonoro beso en la mejilla.
¡Sí! Le fascinó.
—Pero eso no quiere decir que no esté molesto. Te dije claramente que te fueras a cambiar hace rato y envés de eso, fuistes a colorear y a ensuciarte. Ahora llegaremos tarde a nuestra cita. —recriminó con un tono de reproche.
—Lo siento.
—Está bien, princesa, —dijo suspirando. —Te perdono, pero que no vuelva a pasar, cuando te pido algo espero que lo cumplas, no que lo olvides y te vayas a pintar. ¿Está claro, señorita?
—Sí, papi.
—Muy bien, ahora ve a bañarte y a cambiarte. Llamaré para decir que llegaremos un poco tarde.
Salí corriendo las escaleras hacia mi cuarto para arreglarme.
(•••)
—Estoy lista, papá. Ya podemos irnos. —avisé bajando las escaleras.
—Estás preciosa, cariño. —alagó cargandome y dando unas vueltas conmigo haciendo que soltará leves carcajadas.
—Ya lo sé, pero gracias. —agradecí sus lindas palabras con una sonrisa, feliz por verme bonita.
—Ya es hora de irnos, ¿No olvidas nada?
—Nop.
—Muy bien, vámonos. —agarró las llaves del auto y salimos en camino hacia "la cita".
Cuando salimos de casa, nos empezaron a seguir en otros dos autos los empleados de papá, ya estaba acostumbrada a eso, ellos nos cuidaban mucho a papá y a mí.
Me preguntó con quién nos veremos y por qué está tan ansioso.
En el camino me distraje viendo el paisaje por la ventana e imaginando cuál sería la mejor forma de plasmarlo en un obra.
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¡No quiero vivir con lobos salvajes!
RandomTodo iba bien, estábamos bien. Solo éramos papá y yo. ¿Qué se le metió en la cabeza para pensar que sería una buena idea añadir a nuestra familia, "una manada de lobos salvajes"? Ahora... no solo tengo que compartir mi casa, sino que también a mi p...