Cachorro [Enid GIP]

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Subió las escaleras, despacio, demasiado despacio, casi como si su vida dependiera de ello, en cierta parte era verdad, arrastro sus pies cuando llegó a la segunda planta, deteniéndose en la cima para mirar hacía ambos lados, esperando que nadie estuviera cerca, caminó hasta que llegó al umbral de la puerta del cuarto de invitados, donde se hospedaba la mejor amiga de su hermano, despacio y sin intención de poner en alerta a nadie, fue girando la manilla hasta lograr abrir, asomó lentamente su cabeza, allí estaba, dormida sobre la cama, entro ya sin mucha cautela cerrando la habitación de la misma manera.

— Dios Enid.—fue lo primero que dijo al ver a la rubia descansar semidesnuda, con una pierna encima de la otra, una camiseta y en la parte de abajo, que era la que mas le interesaba, solo unos bóxer, caminó hasta ella sentándose en el borde de la cama, Enid no se movió.

Paso una de sus manos por su pierna desnuda, acariciando lentamente, Enid seguía sin moverse, solo su pecho subiendo y bajando tan despacio que la abrumaba, la necesitaba agitada, despierta y dentro de ella, subió un poco mas la mano hasta llegar al borde los bóxer, acarició su miembro sobre la tela, tan suave que pudo sentir su mismo sexo palpitar ante la esperanza de algún día poder tenerlo dentro, se encontraba humedad, de hecho lo estaba desde antes de tomar la decisión de meterse en la habitación, había estado pensando en la rubia, en la vez que la vio desnuda bajo la ducha, demasiado hermosa para ser real, y sobre todo demasiado hermosa para ser la mejor amiga de su hermano.

Siguió acariciando lentamente hasta que pudo sentir el miembro endurecerse lentamente ante su tacto, bajo un poco el bóxer dejando ver parte del miembro, quiso bajar su propia cabeza y sumergirlo en su boca pero se contuvo al ver a la rubia moverse ligeramente, siguió acariciando, esta vez con de arriba a abajo, tomando todo el eje del miembro y sacudiéndolo un poco, su sonrisa apareció cuando escuchó un jadeo provenir de los labios de la rubia, sabía que su intimidad estaba lo suficientemente lubricada para soportar todo eso, no quería esperar mas, lo que quería era ver ese miembro hundirse en ella.

Se levantó de la cama y bajó su falda completamente junto a sus bragas mojadas, las aparto con su pie y miro a la rubia, con los bóxer semi abajo, su miembro completamente erecto y ella aun suspirando dormida, subió lentamente en la cama, sabía que Enid iba a despertar en cualquier momento, en realidad, ahora estaba deseando que así fuese, se mantuvo encima de ella, justo a la altura para que la cabeza de su pene rozara con su entrada.

Fue hundiéndose poco a poco, mirando atentamente como Enid iba despertando, confundida mirando para ambos lados, sus ojos se detuvieron en los suyos segundos antes de que Enid bajara su mirada a la unión de sus dos cuerpos, intento sentarse pero uno de los brazos de Merlina fueron directamente hasta su pecho obligándola a mantenerse acostada mientras se hundía totalmente.

— Dios, por favor, detente.—la morena había empezado a moverse, suavemente, dibujando círculos con su cadera, tratando de reprimir sus propios gemidos— ¡Dios! que bien se siente.—lo último fue un susurro.

— ¿Te gusta?—la rubia asintió mientras alzaba sus brazos para tomar los glúteos de la chica mientras ésta empezaba a subir y bajar suavemente, los ojos de la rubia se viraron por el placer y pudo sentir como descargaba dentro de la morena mientras apretaba un poco mas sus glúteos, logro erguirse para intentar besarla pero la morena aparto la cara y en su lugar extendió su cuello y guió su cabeza a este. Enid saboreó y besó cada parte, subiendo sus manos a los senos de la chica y masajearlos para luego besarlos lentamente— ¿Por qué pare-ce que siempre has querido hacer esto?—la rubia levantó la mirada y sonrió.

— He fantaseado contigo desde la primera vez que vine aquí.

— Eso fue hace dos años Enid.—la rubia alzo los hombros y se abalanzó sobre los labios de la morena, besándola primero suavemente pero luego salvajemente, su lengua se interpuso en la cavidad bucal mientras empezaba a mover sus caderas penetrando a la morena un poco mas profundo, lo apretada que se sentía y la humedad que resbalaba por sus muslos la hacía enloquecer— Estabas muy pequeña para pensar en eso.—susurra pegando su boca al cuello de la rubia.

— Joder, si te contará.—susurro, la rubia tomo la cintura de la morena levantando un poco su cuerpo  y girando hasta que la morena quedara debajo de ella.

Los golpes de sus pieles húmedas se escuchaban por toda la habitación, Enid se hundía lo mas profundo que sus cuerpos le permitían, bombeando toda su carga dentro de la morena, quien a su vez enredaba sus piernas en la cintura de la rubia mientras su vagina se contraía alrededor del pene de la menor, unas embestidas mas y sintió liberarse mientras era llenada, Enid cayó completamente exhausta sobre su cuerpo, hundiendo su cabeza en medio de sus senos y empezando de nuevo a masajearlos.



Uno corto para que se entretengan. 


Wenclair One shots +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora