Capítulo 3

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Respiró hondo viendo por la ventana, el viaje estaba resultando eterno o es que al menos lo sentía de esa manera por no poder dormir, a diferencia de Nia, quien desde que despegaron cayó en un sueño profundo, cosa que en su momento envidió ya que de esa manera no pensaría tanto en lo que diría o que haría, ¿Cómo acercarse a Kara? Sabía el carácter que tenía cuando su estado de ánimo iba por los suelos, no permitía que nadie la viera de esa manera, solo ella, aunque, en esos momentos no tenía la apariencia de Leyla, seguía siendo ella pues la esencia se mantenía lo cual era una ventaja. Se sobó la sien intentando aligerar el malestar de estrés que empezaba a avivarse, y no porque se sintiera mal de volver a verla, era algo que deseaba profundamente, sin embargo, las circunstancias eran otras, no podía llegar y abrazarla, esconder su rostro en el hueco de su cuello para depositar besos lentos, mucho menos capturar esos labios en un beso cargado de sentimiento, y eso le generaba frustración. Negó abriendo el celular, la foto de Kara que había guardado de sus redes sociales la observaba con una sonrisa radiante, y eso aligeraba el sentir de nerviosismo solo por recordar el día en que se tomó aquella fotografía.

FLASHBACK

Las carcajadas femeninas retumbaban en su oído como una suave balada, generando un efecto adictivo que la hizo continuar diciendo comentarios graciosos solo por escuchar más de aquella risa. –––¡Amor! Detente por favor, me duele el estómago.
Kara se dobló sin aliento intentando retomar la compostura, habían decidido tener un día de campo, comer un poco para después dar una vuelta en bicicleta, ver juntas el atardecer.

–––No me pidas eso. Elevó las cejas acercándose a su novia, quien inmediatamente adquirió un color carmesí, un tono que resalto las mejillas que tantas veces atacaba a besos, como en esos momentos. –––Eres tan hermosa. Se arrojó sobre ella haciéndola reír de nuevo, la manera en que sus ojos se achinaban ante las carcajadas le aceleraba el corazón de sobremanera, pues era consciente de que su novia lucía más hermosa de lo normal, especialmente cuando empezaba a hacer pucheritos que pedían ''clemencia'' ante las cosquillas, pero, Leyla no cedería tan fácil, picaría sus costillas un par de veces más antes de sostener sus manos, entrelazando los dedos para elevarlos a su cabeza y poder acomodarse mejor sobre su cuerpo. La respiración agitada de Kara acariciaba su rostro terminando por anestesiarla por completo.

–––Soy tan feliz contigo. La rubia se recargó en su frente suspirando, disfrutaba tanto cada momento a su lado que lo único que deseaba era que el tiempo se congelara para tenerla una eternidad.

–––Y yo contigo, te amo tanto, Kara. Buscó sus labios comenzando un roce lento donde el cosquilleo que sentía por la cercanía se avivará al grado de acelerar el corazón como si de un maratón se tratará. La nariz ajena se rozó en la propia comenzando una danza en la que no solo los latidos se estaban sincronizando, también las almas. Poco a poco fueron cediendo al beso que ambas tanto anhelaban por lo que con los ojos cerrados se entregaron al lenguaje donde las palabras no se necesitaban.

FIN DEL FLASHBACK

Contuvo el aliento sintiendo esa calidez de la boca ajena ante el recuerdo que revivió, solo bastaron minutos para darse cuenta de que la recordaba perfectamente, las sensaciones, lo que sentía seguían estando presentes con tanta fuerza que el nudo en la garganta apareció, amaba a Kara con tanta intensidad que fue capaz de reencarnar en otro cuerpo para amarla una vez más ya que su historia no estaba terminada y en esos momentos sabía que haría todo por darse el final que merecían.

Miró nuevamente la fotografía antes de bloquear el móvil cuando escuchó a Nia.

–––¿Qué hora son? Bostezó estirándose en el asiento, su semblante somnoliento hizo que apenas pudiera abrir los ojos.

11:11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora