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Capítulo 4

Kittila finlandia

Tachó los números que tenía en la hoja y se deslizo por la pared sentándose en el suelo, el cansancio era notorio en su rostro y es que era el segundo edificio que recorría desde que Nia sugirió la idea de buscar el cuarto de Kara. Al principio se notaba un poco tensa ante la búsqueda pues de alguna manera necesitaba pensar bien lo que diría en caso de encontrársela, no quería arruinar el primer encuentro, menos al suponer que la conocía, quizá había leído de ella o escuchado en alguna reunión más por el tipo de amistades que tenía, sobre todo porque Lena era una reconocida directora de una casa de subastas y tal vez eso provocaría cierta tensión al suponer que quería hablar de negocios estando en un momento tan vulnerable. Suspiró llevándose la diestra al pecho, realmente necesitaba comenzar a ejercitarse un poco más ya que la condición física no estaba siendo del todo buena.
Giró el rostro cuando escuchó las puertas del elevador, tal vez con suerte podría tratarse de algún personal del hotel que en esos momentos estuviera llevándole los alimentos a Kara, quizá la suerte estaría de su lado por primera vez.

Suspiró rodando los ojos mientras veía el techo, aquella pequeña sensación de ''esperanza'' desapareció al ver que se trataban de dos chicas que estaban grabando un vídeo, la verdad es que no lograba comprender muy bien esas modas nuevas donde bailaban una cierta coreografía, que, para su parecer resultaba horrible.

Las observo en silenció hasta que una de ellas comenzó a hablar.

–––Este video se habría vuelto viral si Kara hubiera aceptado salir en cámara.

Ante el nombre, Lena se levantó con rapidez dirigiéndose hacía aquellas chicas que no dejaban de mencionar el reciente encuentro.

–––Estoy segura de que mi hermana se va a morir cuando le contemos a quien nos encontramos en la cafetería, eso le pasa por no querer salir del cuarto. Se encogió de hombros mientras la otra chica reía a modo de burla.

–––Disculpen, no suelo escuchar conversaciones ajenas, pero, me llamó la atención que mencionarán el nombre de Kara. Las dos mujeres la observaron unos segundos antes de responder.

–––¡Si! Estaba en la cafetería, supongo que imagino no encontrarse a nadie por la hora, pero, teníamos hambre.

Lena hizo una pequeña mueca al escucharlas, no tenía idea del tiempo transcurrido, simplemente estuvo subiendo escaleras que de alguna manera la llevarón a perderse, tanto en sus pensamientos como de la realidad. Negó un poco para concentrarse en lo que estaba ocurriendo.

–––Hace cuanto fue eso. Miró su reloj dándose cuenta de la hora actual, no podía creer que dos horas transcurrieron desde que se despidió de Nia, la chica también le ayudaría con el resto de los edificios para terminar más rápido.

–––Podría decirse que hace cinco minutos, tal vez menos, estábamos terminando de comer cuando ella llegó, este edificio no está muy lejos del restaurante por lo que supongo se está quedando aquí mismo y.... ––– No terminaron de hablar, salieron corriendo en cuanto dieron con esa pequeña respuesta, le dirían a su hermana que Kara estaba probablemente compartiendo edificio con ellas lo cual serviría para más vistas en redes sociales. Por su parte, Lena se dirigió al elevador presionando con prisa el botón a la planta baja.

«Yo sé que soy la persona con menos suerte, pero, por favor, ayúdenme a encontrarla».

El elevador descendió los primeros pisos, hasta ese momento fue que se percató de lo alto que había subido, lo cual tenía sentido para el tiempo invertido, sin embargo, cuando estaba por llegar al último piso, las puertas se abrieron dejando que una mujer con vestimenta colorida se colocará a su lado, en ese momento sintió una pequeña tensión en el ambiente lo cual hizo que se removiera cuando las puertas se volvieron a cerrar. Se mantuvieron en silenció varios minutos, lo que provocó que el tiempo de descenso se volviera más lento, miró de reojo a la chica notando que tenía una piel muy blanca y lucía tersa, le resultaba familiar, por lo que empezó a verla de manera más descarada al encontrarse con los ojos claros de la chica, Lena carraspeó fingiendo ver el techo y fue, justo cuando la sangre se heló, pues en el elevador solo había una silueta reflejada.