Capítulo 5

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- Pero…. ¿Cómo terminaste aquí Rosendo? Me dijeron que habías muerto en la mina… - preguntó la guanajuatense al hombre que alguna vez había trabajado con su padre en aquella mina

- El patrón necesitaba a alguien que supiera manejar la hacienda y antes de cruzar las puertas del Mictlán, y pus me ofreció esto. - respondió el hombre mientras caminaba junto a la joven por los pasillos de la hacienda, tras mostrarle todo el lugar.

- Pero pues debo decir señorita Valentina, que me sorprendió que el patrón la trajera a usted…. Y aún más que físicamente rejuveneciera.-

La atención de la joven se alertó al escuchar a Rosendo decir esto. - ¿Rejuvenecer? ¿Qué quieres decir… ? - La pelinegra no logró continuar ya que su vista se encontró con un cuadro de un hombre de unos 40 años de edad, con un traje de charro negro, identico al de Leo, pero lo que le llamó más la atención, era que ella ya conocía ese rostro…..

Aquel sueño con la anciana y con aquel hombre joven.. Este era el charro.

- A esto… Este era el patrón antes señorita…. Pero al parecer, encontró la fuente de la juventud, por que minimo se quitó 20 años… - Rosendo señaló el cuadro de un lado, donde Leo estaba pintado sobre un corcel negro. - Note como son los mismos ojos… -

Vale observó ambos cuadros, notando estos detalles de los ojos, que mencionaba el hombre, igualmente noto como habían cuadros antes de estos, cada uno siendo distintos entre ellos…. Pero hubo algo que le hizo notar un cuadro al fondo de la habitación, que se encontraba cubierto por una sábana blanca, ocultando el cuadro, sin ningún tipo de luz en ella, casi como si…. Fue una vergüenza.

A lo lejos, un ruido en los establos hizo que el hombre mirara hacia afuera, algo estaba inquietando a los caballos del patrón. 

- Señorita, debo atender esto…. ¿Puede llegar a su habitación sola? -

- Si, Rosendo… Gracias por el recorrido. - Dijo Vale caminando hacia las escaleras que la llevaban a su habitación.

El hombre de sombrero asintió, y salió de la casa, dirigiéndose al granero; por una de las ventanas abiertas, dos diablillos entraron mientras trataban de controlar su respiración agitada, chocando con una mesa donde una vasija terminó, por caerse.

La guanajuatense corrió a esto, viendo a sus dos amigos a quienes abrazó con mucha efusión y alegría.

- ¡Tiro! ¡Pujo! ¿¡Dónde estaban?! Olvidenlo…. Vengan. -  La joven colocó a los diablillos en sus hombros, y regresó  hacia el pasillo donde estaba las pinturas




- ¿Estás segura que es por aquí Teodora? - preguntó Nando mientras sujetaba una de las cuerdas del globo junto a Santiago.

- Si, Nando… Mira allá está Xochimilco. - Señaló la joven fantasma.

Un pequeño poblado estaba rodeado de ríos y canales, dejando ver las luces de diversas veladoras por el día de muertos.

- No’mbre, de haber sabido que eras tan buena navegante Teodora, desde años atrás hubiéramos dejado ser la capitana. - Mencionó Alebrije viendo el mapa. - No como, el viejito que hizo que llegaramos a Xochimilco después de dos años.. -

- Ya me he disculpado nuevamente…. - mencionó Don Andrés apenado viendo como el poblado cada vez estaba más cerca de ellos.

Nando miraba el lugar, donde se podía notar la paz a todo a su alrededor. - Vaya… Que pacífico…. Y de pensar que, no siempre fue así… -

Santiago miró al mayor de los San Juan con interés. - ¿No lo fue? -

- No…. Después de vencer a la Nahuala y salvarme, Leo vino aquí para salvarlos de la llorona… -

- SIII Le dimos un extreme makeover a la chillona… Al final quedó viéndose bien coquette! -

- ¿Qué cosa..? -

- Coquette…. Osea, bien linda! -






- ¡Miren! Es el globo de Leo San Juan - Exclamó uno de los sacerdotes de la iglesia de Xochimilco, mientras las personas se agrupaban en la plaza principal al mismo tiempo que este mismo, descendía en esta.

- Correle Beto! Quiero ver a San Juanito! - Exclamó una adolescente mientras jalaba a una joven de 16 años de edad, con cabello oscuro quien estaba pagando un par de cocadas.

- Ya voy Quica… No hay prisa… -

- ¡Claro que la hay! Ash, sabes que… - La joven lograndose zafarse de la mano el joven y corrió a la plaza. - ¡San Juan! ¡San Juanitoooo! -

- ¡Quicaaa! No te adelantessss! -

Ignorando los gritos de su hermano mayor, la joven originaria de Xochimilco, corrió encontrándose con una imagen extraña….

Sólo estaban dos chicos bajándose del globo y que hablaban con el cura del pueblo, pero ninguno era Leonardo.

Sin embargo, el más alto tenía los mismos ojos que Leo.

- Por favor padre…. Necesitamos su ayuda. -

Quica caminó hacia aquel joven de cabello castaño estaba suplicando. - Tu no eres Leo… -

Nando miró a la joven con ropa autóctona que lo observaba. - No…. Soy su hermano. -

- ¿Dónde está Leo? -








Valentina llegó al lugar donde está el cuadro y con mucho esfuerzo, jaló la cobija que cubría la pintura, dejando a plena vista un cuadro de una joven mujer que tenía un bebé en brazos, junto a un hombre que cargaba a un niño de unos 4 o 5 años… Un niño que …. Esos ojos….

La joven guanajuatense miro estática el cuadro. Era la mujer y el hombre que había visto en sus visiones… Y esos niños…. No había duda alguna… Eran Nando y Leo y los adultos eran sus padres....







Yyyyyyyyy después de dos meses..... HE VUELTO!

Me disculpo con todos pero... La vida no me dejaba escribir... Al parecer conspiraba en mi contra (trabajo, universidad, inestabilidad emocional, cansancio....)

Aquí les dejo el siguiente capítulo... Espero que les guste!

Los quiero mucho!

La leyenda del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora