| |- Cubitos | |- Au: Escolar | |- Warning: Bullying y intento de suicidio | |- 2478 palabras |
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Karl siempre fue un chico amable y tierno el cual lamentablemente cayó en un lugar donde la oscuridad lo rodeaba.
Intentaba ser positivo y no ver el mal en esas personas, pero con cada insulto o denigración se le hacía difícil no hacerlo. Todos los días se mentalizaba preparándose para nuevos insultos, algunos reciclados, otros más originales, pero todos buscaban lo mismo y trataban de lo mismo.
Es un maricon.
Su madre nunca le importó como Karl actuará, lo ama incondicionalmente y siempre le dijo que ser como el era esta bien aunque otros digan lo contrario, aún con esas palabras hoy no estaba seguro de ser como el es.
Le gustaba vestirse de color pasteles, amaba usar suéters con estampados tiernos, sus uñas siempre estaban pintadas de distintos colores y de vez en cuando usaba un poco de maquillaje solo para sentirse más lindo. En su momento estuvo a gusto con todo eso, pero ahora lo veía como su maldición, él solo quería ser feliz...
Y un día mientras unos bravucones lo acorralaban nuevamente para quizás pegarle... Paso algo distinto.
- Revisen sus bolsillos quizás tenga algo de dinero. -Queria llorar, pero sabía que si lo hacía terminaría peor.
- Oigan ¿No creen que deberían de meterse con alguien de su tamaño? -De la nada se escuchó una voz desconocida para Karl, pero bien conocida por los demás, aquellos se dieron vuelta para ver a un azabache que los miraba con desprecio.
- Mira quién lo dice ¿Cuanto mides? ¿Metro y medio? -Se burló, sin embargo no causó ninguna reacción del mexicano.
- Wow, Franco Escamilla te dicen, debería ser más original. -Los mira con superioridad-. Y sabes algo bueno de ser más bajo... ¡Que estoy más cerca de patearte los huevos! -Sin más lo hizo, le dio una buena patada en la entrepierna haciendo que aquel grite de dolor mientras caía al suelo-. ¿Y ustedes qué me ven? ¿Quieren una patada también? No sabía que eran masoquistas. -Sin más todos esos "chicos malos" se llevaron arrastrando al único que atacó.
Karl se había hecho bolita en su lugar, pues nunca nadie antes lo había defendido y no sabía cómo sentirse ¿Quizás aquel también se iba a burlar? Pero contrario a todos sus pensamientos negativos, ese azabache se sentó a su lado sin decir nada.
- ¿Estas bien? -El de gorro miro al castaño, conectaron miradas y sin poder aguantarlo más empezó a llorar, se abalanzó hacia ese desconocido para abrazarlo-. Oh... Entiendo, tranquilo todo está bien ahora. -Empezo a acariciarle la espalda al más alto que sollozaba.
- Gracias... -Solto mientras lloraba.
- No es nada.
Ese día conoció a quién es su salvador, Alex Quackity. De solo pensar en él o en su nombre sus mejillas se ruborizaban y su estómago se ponía eufórico con tantas mariposas, ahora no quería alejarse de él, se sentía tan seguro a su lado.
