II

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Perdon por los errores ortográficos

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Entrar al salón del comedor era una tarea de todos los días y el recibir miradas de reproche por algo que no hizo era aun más comun, o por lo menos lo era para Harry, con un suspiro de cansancio se acerco a la mesa de Gryffindor y decidiendo desayunar en silencio para así no tentar a la suerte o llamar más la atención no deseada que estaba recibiendo en el momento, simplemente lleno su plato para así alejar cualquier pensamiento sobre la desgracia que era el torneo y tratar de relajarse un poco, pero ciertamente el destino parecía tener otras ideas.

Miro a su alredor al notar que sus compañeros lo evitaban aún más de lo que estaba acostumbrado y lo que era aún más curioso, todos miraban en la misma dirección detrás suyo con una mirada ligeramente asustada en sus rostros, resoplo con diversión al pensar que esos eran sus compañeros leones, caracterizados por su valentía.

La sombra que se cernia sobre el no era un buen indicativo de suerte y no queriendo dejar esperando a su invitado decidió por darse la vuelta para confrontarlo, ciertamente no se espero ver a la persona frente suyo y eso se noto aún más cuando un ligero gruñido lleno de sorpresa escapó de su boca.

— ¿Me puedo sentar? — Daphne pregunto con su semblante neutral en su rostro, aunque internamente estaba gritando y saltando de emoción al recibir la hermosa mirada interrogativa de Harry, cosa que hizo que sacudiera ligeramente la cabeza para alejar todo pensamiento de niña inexperta en el amor de su mente, aunque no negaba que no tenía mucha experiencia en el tema.

Harry se mostraba claramente sorprendido por la presencia de la niña rubia, había esperado que su breve conversación nocturna fuera la única en su vida, contando más en ello al ver como ella salió abruptamente del lugar y lo miro con esa expresión repleta de asco... Aun le dolía un poco eso, pero decidió alejar ese crudo pensamiento de su ser.

— Hem, bueno, la mesa no es mía, así que, adelante — rascando su cuello ligeramente nervioso, intento desviar la atención de él de sus bellos ojos azules que lo miraban de manera altanera y señaló un espacio al azar a su alredor, Daphne asintió ante sus palabras y se sentó aún lado suyo.

El alfarero abrió los ojos aún más sorprendido por las acciones de la niña, estaba confundido, se suponía qué lo odiaba, ¿no?, después de todo, siempre estaba la creencia de que los slytherins tenían una especie de poca tolerancia hacia el y esto se volvió más obvio cuando fue brutalmente rechazado por ella la noche anterior, así que, ¿que planeaba?...

— Me quiero disculpar — la suave y ligeramente preocupada voz de la rubia llego a sus oídos, haciendo que saliera rapidamente de sus pensamientos, giro ligeramente para observar su expresión y se encontró con una mueca extraña en su rostro.

— Oh, hem, ¿sobre que? — Harry no era tonto, sabía porque, pero su mente estaba tan extraña y destrozada por el sueño en este momento que lo cierto es que su sentido común era casi nulo.

Daphne suspiro levemente al encontrarse con la leve incredulidad en los ojos de Harry, esperaba que esta confrontación fuera sin problemas ya que el plan que tenía era de lo más simple, por lo que la pregunta del alfarero la dejo brevemente aturdida.

— Sobre anoche, me refiero... — mordió su labio pensativa al intentar buscar las palabras correctas, Harry no hizo ningún comentario, disfrutando un poco de observar el bello rostro de Greengrass — No estuvo bien mi comportamiento, lo cierto es que tenía algunos problemas en mi cabeza y están estos rumores suyos sobre diversos temas... — Harry resoplo con leve diversión al ver que la actitud orgullosa de Daphne era rota por su nerviosismo, aunque se vio un tanto atraído sobre los rumores que circulaban entre los compañeros de casa de la chica.

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