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04 • Marzo • 2024

Nunca le fue fácil despedirse de febrero, volver a clases jamás le ha brindado el más mínimo entusiasmo y los charcos de nieve derretida a su alrededor volvían aquel un panorama aún más triste, comenzaba a acostumbrarse al frío que sentía en el pecho cada madrugada camino a la escuela, cuando su nariz enrojecida y adormilada recuperaba su pálido natural al entrar en el calor del salón, sin embargo toda aquella sensación desaparecía paulatinamente mientras las temperaturas subían cada día más, acabando poco a poco con el invierno y llevándose consigo todas las alegrías de las vacaciones y fiestas de fin de año que tanto disfrutaba. Sin duda era una época que le quitaba todo rastro de buen ánimo, más las circunstancias no eran igual para su amigo Jake, quien como de costumbre corría en su dirección con su característica sonrisa de oreja a oreja brillando en emoción y alegría.

- Hoon!! - exclamó en un grito para luego lanzarse sobre él en un abrazo, palmeando con brusquedad su espalda - amigo, que felicidad volver a verte.

Sunghoon respondió al saludo de forma silenciosa, sobando ligeramente la espalda del contrario y recargando su mentón en la cabeza de éste, cerró sus ojos al momento en que la familiar fragancia de su cabello recién lavado inundaba sus fosas nasales. Pensó entonces que al menos siempre le reconfortaría reencontrarse con Jake.

- ¿Ya viste lo que planeó el presidente del centro estudiantil? me parece sensacional...

- Mas bien ridículo - interrumpió la voz molesta de Jay tras él - se creen que somos niños de primaria, yo no pienso participar - finalizó con una mueca disgustada.

- No entiendo, ¿de qué están hablando?

Preguntó extrañado siendo jalado de inmediato por el más bajo, quien corrió por el pasillo hasta entrar en el salón cuyas paredes se encontraban decoradas con pequeñas bolsas de papel enumeradas una a una siendo adornadas con coloridas pegatinas.

- Esto!! - exclamó Jake nuevamente - es el nuevo proyecto de convivencia escolar para incentivar la empatía y amabilidad entre los estudiantes.

- Es ridículo e infantil - volvió a acotar Jay, esta vez cruzándose de brazos - debemos poner mensajes amables en aquellas bolsas y leerlos al final del día para ir con una sonrisa a casa - concluyó imitando la voz del presidente.

- ¡¡Creo que es una idea brillante - Jake volvió la atención hacia él - piensa en todas las chicas que usarán este medio para coquetear y buscar pareja, piensa en Sullyoon!!

Cierto... Sullyoon.

Sunghoon comenzaba a entender el entusiasmo que su amigo demostraba ante la situación. Jake pasó todo el último semestre intentando emparejarlo con esta chica desde la vez que se besaron en una fiesta jugando a la botella. Sunghoon admitió luego de eso que le parecía muy linda y que el beso le había gustado... nada era cierto. Si, Sullyoon era muy linda ante los ojos de cualquiera, más para él, linda como una flor la cual aprecias en el parque y luego continuas tu camino sin inmutar, pero lo único que sintió de sus labios aquella noche fue un fuerte sabor a vodka con ligeras notas de vaselina, nada más. ¿Por qué habría mentido entonces? la respuesta es simple, aceptación social. Su círculo cercano solo hablaba de ello, se sentía casi prohibido no estar colado por alguna chica en plena adolescencia, por lo que inventó un ligero crush en esta chica, cuando realmente no podía serle más indiferente, sin embargo, su amigo era un experto en llevar las cosas demasiado lejos.

Jake lo había intentado todo, desde organizar una segunda fiesta a la cual la adorable muchacha fue la invitada de honor, mas solo llegaban a rozar sus manos y sonreírse mientras jugaban con los naipes. Jake también ofreció los servicios de Sunghoon como tutor de inglés para la clase B... Sunghoon no tenía nota sobresaliente en inglés, pero Sullyoon tampoco, por lo que ella también tendría un motivo para frecuentarlas y siendo sinceros... ella tampoco estaba muy interesada en unas clases extras, pero él era un joven apuesto y muy agraciado, cualquier excusa para pasar más tiempo de la cuenta a su lado sería bienvenida por cualquier chica de su grado. Así fue como Sunghoon y su estudiante se encontraban cada jueves después de clase en una de las aulas a disposición de las tutorías impartidas por alumnos en el último piso del edificio, leían un par de ejercicios y reían a causa de sus malas pronunciaciones para luego terminar charlando acerca de cualquier banalidad. Cualquier persona que presenciara tal dinámica pensaría que compartían una química increíble, sin embargo, una vez llegada la hora de despedirse, lo único que Sunghoon podía sentir era un enorme alivio.

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