Capítulo 7

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(Advertencia ⚠️ de capítulo no apto para menores)


El clima en New York es impredecible, un día puede estar soleado, hacer frío, húmedo, lluvioso, inclusive nevar,  para mala suerte de la menor de los Danvers la lluvia se hizo presente esa noche mientras caminaba a su casa, podía recordar la cara de la chica que le había robado el sueño, ver su expresión de enojo y sobre todo el coqueteo a ese chico hacía que su corazón doliera.
Ese día, definitivamente no fue su día, se había despertado tarde como todos los días anteriores, entre el trabajo, la universidad y convencer a Lena de que la deje aclarar las cosas su cuerpo se desgastaba pero estaba segura que no se rendiría, no importaba que no durmiera nada o que su jefa la regañe por llegar tarde, ella haría lo imposible por hablar con la pelinegra.
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Kara se vestía rápidamente, poniéndose su filipina y su mandil cuando la voz de su jefa la sacó de concentración

-Kara – La chica de cabello corto se paró en la puerta mirando de arriba hacia abajo a la rubia

-¡Kate!

-¿Otra vez tarde?

-Y-Yo…yo lo siento – La rubia se ajustaba el gorrito con una sonrisa

-Kara últimamente te noto algo…- Kate se acercó a la rubia – Distraída ¿Debo preocuparme?

-No, para nada, estoy bien, bueno iré al frente a ayudar a Nia – La rubia salió corriendo del lugar para encontrarse con su amiga quien trabajaba como cajera medio tiempo.

-Hola Kara – Nia estaba atrás de la caja registradora

-Hey Nia– Dijo con emoción la rubia

-¡Uy! Estás feliz, ¿Ya pudiste hablar con la chica guapa de los ojos bonitos?

-No – Contesto algo cabizbaja – Pero… hoy la veré, tengo el presentimiento que hoy será un gran día
-Danvers, Danvers si que te robó el corazón esa chica – Nia apoyó sus antebrazos en la barra

Kara se detuvo por unos segundos- Es que, ella tan hermosa, su cuerpo - Suspiro profundo- Su cuerpo es tan perfecto y esos ojos, Dios esos ojos me enamoraron desde la primera vez que la vi.

-Casi puedo ver los corazoncitos saliendo de tu cabeza.

-Tampoco es para tanto Nia

-¿No? Te vestiste con la botarga de la universidad para estar cerca de ella, por cierto Steve me dijo que te diera las gracias por lavarla

-Ni me digas, esa cosa olía horrible – Kara hizo una mueca de asco

-Faltaste a la primera clase todos los días para cubrir tu pasantía en esa cafetería sin mencionar que tenías que correr de un extremo a otro para llegar a tiempo a la universidad

-Ya se – Soltó cansada – Ni siquiera me gustaba trabajar allí, el chef no tiene corazón para cocinar

-Pero lo hiciste solo para que tu damisela de ojos verdes comiera tu comida – Kara solo le sonrió, al recordar las caras de Lena cuando la veía a lo lejos su satisfacción al comer – Y ahí está lo más interesante

-¿Qué? – Pregunto la ojiazul mientras preparaba la plancha

-Que le diste a probar tú comida desde la primera vez.

-¡¿Qué tu qué?! – La voz enojada de Kate hizo que las chicas voltearan a verla – Kara ¿Le diste tu comida a alguien más?

-¿Qué tiene? Todos los días cocino aquí, en la escuela y en los eventos – La rubia tranquilamente batía una mezcla en un recipiente

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