El individuo de la habitacion 306

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El teléfono suena por toda la habitación. Me muevo en la cama tratando de rencontrar el sueño.

Un silencio vuelve a aparecer haciendo que mis ojos se vayan cerrando poco a poco. Pero son interrumpidos por nuevamente aquel timbre tan conocido de Jessie. A vista de que esta jamás despertará por que tiene el sueño tan pesado que si en este preciso momento me están raptando ella no se da cuenta y sigue durmiendo tranquilamente.

Me levanto de la cama y tomo el teléfono de la mesita de noche que está justo a mi lado. Maldigo el momento en que le propuse a Jessie cargarlo a mi lado para que no se levantara tarde. Tome el teléfono aun con la vista borrosa y presione el botón verde de aceptar llamada.
Vuelvo a maldecir el momento en que presione ese botón por que ahora estoy pasando por gritos de la otra línea.

— ¿Si?

— Maldita sea Lissa— tengo que alejar un poco mi oreja del teléfono para no quedarme sin escuchar a mis cortos diecinueve— ¿Por qué no respondías a mi llamada?

—Estaba durmiendo Tom.

— ¿Si? ¿Y ya viste la hora?— dirijo mi mirada al reloj de mi lado y bostezo.

— Si. Son las ocho con veinte que hay con eso? —Colocó mi mano para no dejar escapar un gran gran bostezo

— Me estoy muriendo del hambre

Pongo los ojos en blanco—Pues cocina algo.

— Muy graciosa. Pues saca tu gran culo de la cama y te quiero aquí en veinte minutos con algo de desayunar.

—Tom. Yo no se cocinar.— discuto esperando que Jessie no despierte por mi pelea telefónica con su mayor ídolo.

—Veinte minutos.

Colgó la llamada abruptamente sin dejar que pueda decir algo más. Dejo caer mi cuerpo en la cómoda cama de Jessie y dejo nuevamente el teléfono en su lugar. Tallo mis ojitos antes de levantarme de la cama y dirigirme fuera de la habitación. Donde un rico olor invade mis fosas nasales.

— ¿Despierta?

Asiento mientras trato de abrir los ojos completamente para tener mejor vista a Ayse quien estaba cocinando. Parecía estar muy de buenas por su actitud.

—¿Quieres desayunar? Hice waffles— dijo mientras le daba la vuelta a uno.— Les coloqué chispas de chocolate para ti.— negué con la cabeza antes de darme la vuelta hacia el cuarto de Jessie.

Me detuve antes de abrir la puerta— Sabes qué. ¿Puedes envolver algunos para mi? Voy de salida.

Asintió un poco confundida y yo seguí mi camino hasta la habitación de Jessie y le tome prestados un par de pantalones de mezclilla con un poco de campana. Prometo devolverle cada favor a Jessie.

Volví a salir mientras me colocaba una sudadera color beige. Tome mi bolso de tela que días antes llevaba a la universidad, pero ahora solo lo cargo para que Jessie no vea las cosas que llevo ahí dentro, ya sea mi credencial o mis apuntes con la fecha. Cualquier cosa que me pueda delatar.

Tome el plato de pancake's perfectamente envuelto en aluminio que Ayse dejo en la barra para mi. Al ya no verla cerca salí del departamento con cautela para que ninguna me interrogara. Baje las escaleras y comencé a caminar por la acera rápidamente.

[...]

Minutos después estaba en la dirección que Tom me había dado momentos antes de salir del departamento que anoté silenciosamente en una nota de papel.

Comencé a dudar ya que me encontré con un hotel. Me encogí de hombro y no le tome importancia ya que bueno es famoso ¿Que mas esperaba? ¿Una casa de madera y decorada perfectamente por su mami? Claro que no. Nótese el sarcasmo.

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