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El aire fresco de la mañana me envuelve mientras camino por los senderos del bosque, con el suave murmullo del viento entre los árboles como mi única compañía. Mis pasos son firmes y decididos, pero mi mente está llena de pensamientos turbulentos mientras me acerco al lugar donde sé que encontraré a Rayne.
Rayne, con su mirada seria y su expresión imperturbable, siempre ha sido un enigma para mí. A pesar de su fachada de frialdad, sé que hay algo más detrás de esos ojos serenos, algo que despierta una curiosidad incontrolable en mi interior.
Finalmente, lo encuentro, de pie en medio de un claro del bosque, su figura imponente y segura de sí misma bajo la luz del sol. Me acerco con cautela, consciente de la distancia que nos separa y la tensión palpable entre nosotros.
"Rayne", llamo, mi voz apenas un susurro en la tranquilidad del bosque. Sus ojos se encuentran con los míos, su mirada penetrante como el acero, y siento un escalofrío recorrer mi espalda ante su intensidad.
"____", responde él, su voz profunda y resonante, enviando un escalofrío por mi columna vertebral. No hay emoción en su tono, pero puedo sentir la intensidad de su mirada en cada palabra.
Nos quedamos allí, enfrentados en un silencio tenso, cada uno evaluando al otro en busca de debilidades. Pero hay algo en su presencia que me atrae irresistiblemente hacia él.
"¿Qué haces aquí?", pregunta finalmente, su voz fría y distante. Pero puedo ver una chispa de curiosidad en sus ojos, una pequeña grieta en su armadura de indiferencia que me da esperanzas.
"Vine a hablar contigo", respondo, tratando de mantener mi voz firme a pesar de la tormenta de emociones que ruge dentro de mí. "Hay algo que necesito decirte, algo que no puedo dejar pasar más tiempo sin decir".
Rayne me mira con curiosidad, sus ojos escudriñando mi rostro en busca de pistas sobre mis verdaderas intenciones. Puedo sentir el peso de su mirada sobre mí, como si estuviera tratando de leer mi mente y descubrir mis secretos más profundos.
"Entonces, habla", dice finalmente, su tono impasible pero sus ojos brillando con una intensidad que me deja sin aliento. Es hora de enfrentar a Rayne, de abrir mi corazón y revelar la verdad que he estado guardando en mi interior.
Respiro hondo, reuniendo todas mis fuerzas antes de hablar. Sé que lo que estoy a punto de decir podría cambiarlo todo, pero ya no puedo seguir ocultando la verdad.
"Rayne, sé que siempre has mantenido una distancia fría y distante con todos a tu alrededor", comienzo, eligiendo mis palabras con cuidado mientras busco la mirada de Rayne. "Pero hay algo en ti que me intriga, algo que va más allá de esa fachada de indiferencia".
Rayne me observa en silencio, sus ojos oscuros como pozos sin fondo mientras espera pacientemente a que continúe. Puedo sentir la intensidad de su mirada sobre mí, como si estuviera tratando de desentrañar los secretos de mi alma con solo una mirada.
